Shakira, la tiburón valiente



Había una vez un tiburón llamado Shakira que vivía en un colorido arrecife de coral. Tenía 15 años y entre sus gustos estaba un platillo muy particular: la hamburguesa con beicon y chédar.

A pesar de ser muy buena nadadora y tener un gran corazón, Shakira sufría porque algunos de sus compañeros del océano le hacían bullying. El más travieso de todos era un pez llamado Pablito, que siempre le decía:

"¡Ehh, Shakira! ¡Sos re fea!"

Esto hería los sentimientos de Shakira, quien a menudo se encerraba en su casa de coral, sintiéndose sola y triste. Un día, su mamá, la delfina Delfi, la encontró recostada y le preguntó preocupada:

"¿Qué te pasa, mi hija? ¿Por qué estás tan triste?"

Shakira le contó sobre el bullying de Pablito y de cómo eso le hacía sentir. Su mamá, sabiendo lo valiente que era su hija, le dio un consejo:

"Recordá que lo que otros digan no define quién sos. Si algún día, Pablito te dice algo, respondé con bondad y no con enojo."

Siguiendo el consejo de su mamá, Shakira decidió enfrentar a Pablito al día siguiente en la clase de natación. Cuando se cruzaron, él volvió a decirle:

"¡Ehh, Shakira! ¡Sos re fea!"

Pero en lugar de enojarse, Shakira respiró hondo y le respondió:

"Pablito, yo creo que la belleza está en el corazón. Y aunque vos digas eso, yo sé que soy única en mi forma de ser. ¿Por qué no mejor compartimos una hamburguesa con beicon y chédar juntos? Quizás así logremos conocernos."

Pablito se quedó sorprendido. Nadie antes le había respondido así.

"¿De verdad? ¿Te gustaría que comiéramos juntos?"

Shakira sonrió y respondió:

"Sí, claro. Te invito, hoy es un día de hamburguesas."

Los dos nadaron al sitio donde los tiburones y los peces se juntaban a comer y, mientras disfrutaban de la deliciosa hamburguesa, charlaron sobre sus intereses. Pablito se dio cuenta de que, aunque Shakira no era como él, era una tiburón maravillosa y divertida. Después de un rato, dijo:

"Shakira, siento mucho haberte llamado fea. No fue gentil de mi parte."

Y Shakira, con una sonrisa, le respondió:

"Te perdono, Pablito. La amistad es más importante que cualquier palabra hiriente."

Así, desde ese día, Shakira y Pablito se hicieron amigos inseparables. Juntos jugaban, nadaban y disfrutaban de muchas hamburguesas. Shakira aprendió que ser valiente no significa no sentir miedo, sino enfrentarlo. Y Pablito entendió que las palabras tienen poder y que la amistad puede cambiar corazones.

Y así, Shakira se convirtió en un símbolo de valentía y bondad en el océano, y aprendió que la verdadera belleza viene desde dentro. Todos en el arrecife de coral, incluso los peces que hacían bullying, aprendieron a tratarse con respeto y amabilidad. Fin.

FIN.

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