Siéntete orgullosa de ti misma


Había una vez una niña llamada Helena, quien desde muy pequeña mostró un gran interés por la moda y el maquillaje.

Aunque algunos de sus amigos y familiares no entendían su pasión, ella seguía adelante con lo que le gustaba. Un día, mientras se preparaba para una fiesta familiar, Helena decidió ponerse un vestido rosa con tacones altos y un poco de brillo en los labios.

Su mamá la miró con cariño y le dijo: "Helena, siempre debes ser tú misma y hacer lo que te hace feliz". Helena estaba emocionada por ir a la fiesta, pero cuando llegaron allí algunas personas empezaron a burlarse de su atuendo. Ella comenzó a sentirse triste y avergonzada.

Pero entonces recordó las palabras de su mamá: "siempre debes ser tú misma". Así que Helena se levantó la cabeza orgullosamente y caminó hacia los demás niños.

Uno de ellos se acercó a ella y dijo: "-¿Por qué tienes puesto eso? Te ves rara". Pero Helena respondió con confianza: "-Me gusta cómo me veo así. Y si tú no puedes aceptarlo, ese es tu problema". Los otros niños quedaron sorprendidos por su respuesta valiente e inesperada.

Después de eso, todos volvieron a jugar juntos como si nada hubiera pasado. A medida que pasaba más tiempo, Helena continuaba explorando su amor por la moda y el maquillaje.

Con el apoyo de su familia, aprendió a expresarse sin preocuparse demasiado por lo que pensaran los demás. Con el tiempo creció en una mujer segura e independiente, que siempre seguía su propio camino y nunca dejaba que nadie la hiciera sentir menos.

Y así, Helena se convirtió en un modelo a seguir para otros niños que también estaban descubriendo sus pasiones y aprendiendo a ser ellos mismos.

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