Sigue tus sueños


Lana era una niña muy soñadora y siempre imaginaba que estaba en un mundo lleno de luces y cámaras, donde ella era la protagonista.

Por las tardes, después de la escuela, iba a clases de teatro en el centro cultural del barrio. Un día, mientras practicaban para una obra de teatro, Lana notó que había alguien diferente entre el público. Era un hombre vestido con un traje elegante y llevaba una libreta en la mano.

Lana se esforzó al máximo para dar lo mejor de sí misma durante su actuación. Al finalizar la clase, el hombre se acercó a ella y le dijo: "Eres realmente talentosa. Me gustaría ofrecerte un papel en mi próxima película".

Lana no podía creerlo ¡Hollywood! El sueño que siempre había tenido estaba por cumplirse. Lana corrió hacia su casa emocionada para contarle a su madre lo que había pasado.

Pero cuando llegó a casa, su madre no parecía estar tan contenta como ella esperaba. "¿Cómo vas a dejar tus estudios para irte a Hollywood? Deberías ser doctora como yo", le dijo su madre con tono preocupado.

Lana sintió que sus sueños se estrellaron contra la pared ¿Debía seguir sus sueños o hacer caso a los consejos de su madre? Decidió hablar con sus amigos actores del centro cultural y les contó lo que estaba pasando.

"No puedes abandonar tus sueños por lo que digan los demás", le dijo Marcelo. "Tienes mucho talento y eres joven aún, aprovecha esta oportunidad", agregó Antonella. "Escucha tu corazón, él sabrá qué hacer", concluyó Tomás. Lana se sintió más segura y decidió aceptar la oferta del productor.

Fue a Hollywood, actuó en la película y se hizo famosa y rica. Pero lo más importante fue que encontró su verdadera pasión. Aprendió que no importa lo que los demás piensen, ella era dueña de su vida y debía seguir sus sueños.

Cuando regresó a casa, su madre estaba orgullosa de ella por haber logrado algo tan grande.

Y aunque seguían teniendo diferentes opiniones sobre su futuro profesional, ambas sabían que Lana había encontrado el camino hacia la felicidad haciendo lo que amaba. Desde entonces, Lana siguió actuando en películas exitosas pero siempre recordaba el consejo de sus amigos: "Escucha tu corazón".

Y así fue como se convirtió en una actriz reconocida por seguir sus sueños sin importar las opiniones de los demás.

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