Simón y el secreto refrescante
Había una vez en un barrio muy tranquilo de Buenos Aires, un perro bulldog negro llamado Simón. Simón era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras para vivir.
Un día de verano, mientras paseaba por el parque, vio a unos niños tomando tereré bajo la sombra de un árbol. Simón se acercó con curiosidad y les preguntó qué estaban tomando.
Los niños, sorprendidos al ver a un perro hablador, le explicaron que estaban tomando tereré, una bebida refrescante muy popular en Paraguay y el norte de Argentina. "¡Qué rico se ve! ¿Puedo probarlo?" -preguntó Simón emocionado. Los niños asintieron y le pasaron el mate con bombilla a Simón.
El bulldog dio un gran sorbo y exclamó: "¡Está delicioso! Nunca había probado algo así". Desde ese día, Simón se volvió fanático del tereré y todos los días iba al parque a compartir esta rica bebida con sus nuevos amigos.
Se sentía feliz de haber descubierto algo tan refrescante que le ayudaba a combatir el calor del verano. Un día, mientras disfrutaban del tereré, escucharon unos ladridos desesperados provenientes del otro lado del parque.
Era Lulú, una perrita blanca perdida que no podía encontrar su camino de regreso a casa. "¡Debemos ayudarla!" -exclamó Simón decidido. Los niños y Simón acompañaron a Lulú por todo el parque hasta que finalmente encontraron su hogar.
Los dueños de Lulú estaban muy felices y agradecidos por haberla encontrado sana y salva gracias a la ayuda de Simón y los niños. A partir de ese día, Simón se convirtió en un héroe en el barrio.
Todos lo admiraban por su valentía y bondad al ayudar a los demás sin dudarlo ni un segundo. Pero la historia no termina ahí.
Una semana después, mientras tomaban tereré en el mismo lugar del parque, vieron cómo unos pájaros intentaban construir un nido en lo alto de un árbol pero no podían alcanzar la rama adecuada para apoyarlo. "¡Vamos chicos! ¡Podemos ayudarlos!" -dijo Simón con entusiasmo.
Los niños subieron sobre los hombros de Simón formando una torre humana hasta lograr colocar el nido en su lugar deseado. Los pájaros cantaron felices al tener por fin su hogar listo para recibir a sus polluelos.
Desde ese día, cada vez que alguien necesitaba ayuda o compañía en el barrio, sabían que podían contar con Simon y sus amigos para salir adelante juntos. Y colorín colorado este cuento ha terminado pero recuerda que la verdadera magia está en ser amable y generoso como Simon lo fue siempre.
FIN.