Sintya y el viaje a Baños
En un hermoso día de verano, Sintya decidió ir de viaje a Baños, un lugar lleno de naturaleza y aventuras. Desde temprano, comenzó a hacer sus clásicos berinches porque no encontraba su mochila.
-¡No puedo creerlo! ¡Siempre me pasa lo mismo! -se quejaba Sintya mientras revolvía su habitación. Después de unos minutos de búsqueda intensa, finalmente encontró la mochila detrás de la puerta.
Con una sonrisa en el rostro, se dio cuenta de que estaba lista para emprender su viaje. Al llegar a la estación de autobuses, Sintya descubrió que el autobús estaba retrasado. Su primer impulso fue enfadarse y empezar otro berrinche, pero recordó algo importante: respirar profundo y mantener la calma.
Así que decidió esperar pacientemente sin perder los estribos. Finalmente, el autobús llegó y Sintya subió emocionada por comenzar esta nueva aventura. Durante el trayecto, conoció a una niña llamada Lola que también iba a Baños.
Juntas compartieron historias y risas, convirtiendo el viaje en una experiencia inolvidable. Al llegar a Baños, Sintya se maravilló con la belleza del lugar: las cascadas cristalinas, los árboles verdes y el aire puro le hicieron sentir una paz interior como nunca antes había experimentado.
-¡Qué lindo es todo esto! -exclamaba Sintya emocionada mientras caminaba por los senderos del bosque junto a Lola. De repente, se encontraron con un pequeño río que parecía imposible cruzar.
Lola propuso construir juntas un puente improvisado con ramas y piedras para poder pasar al otro lado. A pesar de las dificultades y los contratiempos, trabajaron en equipo y lograron superar el obstáculo.
-Estoy tan orgullosa de nosotras por no rendirnos ante este desafío -dijo Lola abrazando a Sintya. Sintya asintió con una sonrisa radiante en su rostro. Esa experiencia le enseñó que trabajar en equipo y mantenerse positiva ante las adversidades puede llevarla muy lejos en la vida.
Al final del día, cuando regresaban al pueblo después de haber explorado cada rincón de Baños juntas, Sintya reflexionaba sobre lo aprendido durante ese viaje tan especial: la importancia de la paciencia, la calma ante las dificultades y cómo trabajar en equipo puede hacer posible lo imposible.
Y así terminó este día inolvidable para Sintya en Baños: llena de nuevas amistades, enseñanzas valiosas y recuerdos felices que guardaría por siempre en su corazón.
FIN.