Skye y la Aventura del Bosque Mágico
Había una vez una perrita llamada Skye que vivía con su familia en una hermosa casa en La Serena. Skye era muy curiosa y tenía un pelaje suave como la nube más blanquita. Siempre jugueteaba en el jardín, esperando ansiosamente a que su familia jugara con ella.
Un día, mientras su familia se preparaba para salir de paseo, Skye se sentía tan emocionada que no podía contener su energía. Cuando su familia salió de la casa y la dejaron libre para correr un momento, ¡no pudo resistir la tentación!"¡Ya vuelvo, prometo!" - ladró Skye, zambulléndose en el jardín.
Sin poder controlar su curiosidad, Skye corrió y corrió, dejando atrás el jardín y adentrándose en el bosque cercano. Las hojas crujían bajo sus patas y el aire fresco olía a aventuras. Pasó un buen rato explorando el bosque, descubriendo árboles altos, flores coloridas y hasta un pequeño arroyo.
Mientras tanto, su familia regresó a casa y se dio cuenta de que Skye no estaba.
"¿Dónde está Skye?" - preguntó el niño de la familia, con el ceño fruncido.
"¡La vi correr hacia el bosque!" - respondió la mamá, preocupada.
Skye, mientras tanto, había jugado tanto que no se dio cuenta de lo lejos que había ido. Al mirar alrededor, se dio cuenta de que todo le parecía diferente.
"Oh no, creo que me he perdido..." - suspiró Skye, con un ladrido triste.
Pero justo cuando comenzó a sentir miedo, se encontró con una ardilla llamada Chispa.
"Hola, pequeña perrita. ¿Qué haces sola por aquí?" - preguntó Chispa con curiosidad.
"Me perdí, y no sé cómo volver a casa..." - respondeu Skye, moviendo su cola nerviosamente.
"No te preocupes, yo te puedo ayudar. Conozco este bosque como la palma de mi mano. Solo tienes que seguirme. ¡Hay una gran aventura esperando!" - dijo Chispa, animada.
Y así, empezaron su viaje juntas. Chispa le mostró a Skye todos los secretos del bosque: un lugar donde las ranas hacían un concierto gigante, un claro lleno de mariposas que danzaban al ritmo del viento, y un árbol antiguo que parecía hablar.
"¡Mirá cuántas cosas interesantes hay acá!" - exclamó Skye mientras saltaba de alegría.
Pero tras un rato explorando, el sol comenzó a ponerse y Skye recordó que debía regresar a casa.
"Chispa, muchísimas gracias por enseñarme tantas cosas, pero tengo que volver con mi familia," - dijo Skye con determinación.
"Entiendo, pequeña. Pero primero tenemos que encontrar el camino. ¡Déjame ayudarte!" - respondió Chispa.
Después de un buen rato buscando, llegaron a un cruce donde Chispa se detuvo.
"Creo que deberías tomar el camino de la izquierda, ese lleva a tu casa. ¿Vas a estar bien y recordarlo?" - preguntó Chispa.
"Sí, lo prometo. Muchísimas gracias, Chispa. Nunca olvidaré esta aventura" - ladró Skye.
Skye comenzó a correr hacia el camino de la izquierda y, mientras corría, no podía dejar de pensar en las cosas maravillosas que había visto. Finalmente, después de un rato, pudo ver su casa a lo lejos. Su corazón se llenó de alegría.
Al entrar, su familia la estaba buscando, y todos se emocionaron al verla.
"¡Skye! ¿Dónde estabas? Te extrañamos tanto!" - gritó el niño, abrazándola fuertemente.
Skye movía la cola con entusiasmo, recordando su aventura mientras su familia le contaba lo preocupados que estaban.
"No me voy a escapar más, prometo que voy a quedarme cerca de casa," - ladró Skye, mirando a cada uno de sus seres queridos.
"Qué bueno, Skye. Las aventuras son fabulosas, pero siempre es mejor volver a casa al final del día," - dijo su mamá, acariciándola cariñosamente.
Desde aquel día, Skye aprendió a explorar con precaución, a nunca alejarse demasiado de su hogar, y a siempre buscar la ayuda de sus amigos cuando estuviese perdida. Y así, cada día era una nueva aventura, pero siempre volvía feliz con su familia.
Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.
FIN.