Snobby el Conejito y el Duende Mágico



En un hermoso bosque lleno de flores de todos los colores, vivía Snobby, un conejito muy especial. Snobby tenía un pelaje blanquísimo y unos ojos enormes, pero era un poco presumido. Siempre se creía el más bonito del bosque y a veces no se daba cuenta de lo valioso que era ser amable con los demás. Su vida cambió un día muy particular.

Mientras Snobby saltaba y lucía su esponjoso pelaje, se encontró con un pequeño duende llamado Pip. Pip era un duende mágico que podía hacer hechizos y crear cosas sorprendentes, pero a diferencia de Snobby, no se venía muy bien. Tenía un gorrito rojo un poquito rasgado y sus alas brillaban con menos intensidad.

- “¡Hola, Snobby! ” - dijo Pip con una voz alegre. - “¿Qué te parece si jugamos un rato? ”

- “Jugar con vos, ¿por qué debería? ¡Mirá mi pelaje! Soy el conejito más lindo del bosque, ¿qué podés ofrecerme? ” - respondió Snobby con un tono de desprecio, saltando lejos de él.

Pip se sintió triste, pero decidió no rendirse. - “¿Sabías que puedo hacer cosas mágicas? Puedo hacer que todos en el bosque vean tu belleza aún más.”

Snobby, intrigado y siempre ansioso por ser el más admirado, le contestó. - “¿De verdad? Bueno, entonces, ¿qué estás esperando? ¡Hazlo! ”

Así, Pip comenzó a usar su magia. Con un pequeño chispazo de su varita, hechizó a todos los animales del bosque para que solo pudieran ver lo espléndido que era Snobby. Al principio, a Snobby le encantó ser el centro de atención. Todos lo alababan, lo miraban con admiración y lo rodeaban.

Sin embargo, con el tiempo, Snobby se dio cuenta de que no era tan divertido tener amigos que sólo lo admiraban por su apariencia. Los animalitos no se atrevían a hablarle sobre sus juegos o sus problemas porque pensaban que él sólo se preocupaba por ser el más hermoso.

Un día, mientras Snobby se sentía solo en su trono de admiración, escuchó un grito. Era su amigo el pájaro Tito. - “¡Snobby, ayuda! ¡La ardilla Lola se cayó en un hoyo y no la podemos sacar! ”

Snobby dudó. - “Pero, ¿qué puedo hacer yo? Soy solo un conejito que brilla.”

- “¡Cuando todos ven solo tu belleza, nadie se acerca a ayudarte! Solo un amigo puede hacer algo por ella.” - le gritó Pip, que estaba cerca.

Aquel grito resonó en el corazón de Snobby. Se sintió avergonzado de no haber sido un buen amigo. - “¡Voy a ayudar a Lola! ” - exclamó Snobby.

A pesar de que no era el más fuerte, Snobby corrió hacia el hoyo donde estaba Lola. Junto a Tito y otros amigos, se pusieron a trabajar juntos para ayudarla. Usaron ramas, hojas y su ingenio para sacar a la ardilla, y cuando finalmente lo lograron, todos gritaron de alegría.

- “¡Gracias, Snobby! ” - dijo Lola con lágrimas de felicidad. - “Sin vos y tus amigos, no lo habría logrado.”

Desde ese día, Snobby entendió que la verdadera belleza no estaba en su pelaje, sino en su corazón y en el valor de la amistad. Aprendió a ser más humilde y generoso.

Al poco tiempo, Pip decidió eliminar el hechizo. - “No necesito que me vean por fuera, quiero que mis amigos vean mi verdadero yo, y eso es lo que importa.” - dijo Snobby.

Con una sonrisa, Pip alzó su varita y, en un brillo de colores, todos los animales del bosque vieron a Snobby tal como era: un conejito amable y valioso por su bondad. Ahora, no solo era admirado por su belleza, sino también amado por su corazón.

Desde entonces, Snobby se convirtió en un conejito que ayudaba a todos en el bosque, y sin importar lo que digan, siempre llevaba en su corazón la lección más importante: "La amistad y la bondad son las verdaderas joyas del bosque".

Esa fue la historia de Snobby el conejito y su encuentro con el duende mágico, quien le enseñó que lo más bello de uno no reside en la apariencia, sino en el amor y la amistad que se ofrece a los demás.

FIN.

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