Sofi, la princesa del salón



Había una vez en la escuela "Los Peques Felices" una niña llamada Sofi. Sofi era alegre, inteligente y siempre estaba dispuesta a ayudar a sus compañeros.

Un día, la maestra anunció que se realizaría un concurso para elegir a la princesa del salón, y todos los niños estaban emocionados. Sofi decidió presentarse como candidata para representar a su salón y todos sus amigos la apoyaron con entusiasmo.

Pasaron días de preparación, ensayos y risas mientras Sofi se preparaba para el gran día. Finalmente, llegó el evento tan esperado. Sofi lucía un hermoso vestido hecho por su mamá y estaba radiante.

Las otras candidatas también estaban preciosas, pero cuando llegó el momento de anunciar a la ganadora, todos contuvieron la respiración. "-¡Y la princesa del salón es... Sofi!" anunció la maestra entre aplausos y vítores.

Sofi no podía creerlo, sus ojos brillaban de emoción al recibir la corona de manos de su mejor amiga, Laura, quien había sido princesa el año anterior. "-¡Felicidades, Sofi! ¡Eres nuestra nueva princesa!" exclamó Laura emocionada. Sofi abrazó a Laura con fuerza y juntas disfrutaron del momento especial.

Todo el salón estalló en alegría por ver que la corona se quedaba en casa. Los días pasaron y Sofi demostró ser una princesa ejemplar: siempre amable, generosa y dispuesta a ayudar a los demás.

Organizaba juegos divertidos en el recreo, compartía sus meriendas con quienes no tenían y nunca dejaba de sonreír. Un día, mientras jugaba en el patio del colegio, vio a un nuevo niño solo en un rincón mirando triste hacia los demás niños que jugaban juntos.

Sin dudarlo un segundo, se acercó a él con una sonrisa cálida. "-Hola ¿Quieres jugar conmigo?" preguntó Sofi extendiendo su mano hacia él. El niño miró sorprendido a Sofi pero luego le devolvió una sonrisa tímida y asintió.

Desde ese día, se convirtieron en grandes amigos y nadie volvió a sentirse solo en "Los Peques Felices".

La historia de cómo Sofi se convirtió en princesa no solo enseñaba que las coronas eran bonitas sino también que lo más importante era tener un corazón bondadoso y estar siempre dispuesto a ayudar al prójimo. Y así fue como gracias al gesto generoso de entregarle su corona su mejor amiga Laura, sofia aprendió que compartir es lo más valioso.

FIN.

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