Sofi Mandarina y el árbol salvado
Había una vez en un bosque encantado, una coneja muy especial llamada Sofi Mandarina.
Sofi era conocida por su pelaje suave y naranja brillante, pero lo que más la destacaba de los demás animales del bosque era su amor incondicional por las sandías. Desde pequeña, Sofi había desarrollado una pasión única por esta fruta jugosa y refrescante.
Todos los días salía a recorrer el bosque en busca de las sandías más dulces y sabrosas, disfrutando cada bocado con alegría y entusiasmo. Un día, mientras buscaba sandías cerca del río, se encontró con una familia de ardillas que estaban teniendo problemas para cruzar el agua.
Sin dudarlo un segundo, Sofi se acercó a ellos y les ofreció ayuda:"Hola amigos ardillas, ¿necesitan ayuda para cruzar el río?"Las ardillas miraron a Sofi con sorpresa y gratitud. Habían escuchado hablar de la generosidad de la coneja mandarina y estaban emocionadas de conocerla en persona.
"¡Sí, por favor!", respondieron las ardillas al unísono. "No sabemos cómo cruzar el río sin mojarnos".
Sofi sonrió amablemente y les dijo: "No se preocupen, ¡tengo un plan!"Con cuidado, Sofi construyó un puente improvisado con ramas y hojas para que las ardillas pudieran cruzar el río sin dificultad. Las ardillas estaban tan agradecidas que decidieron invitar a Sofi a su madriguera para compartir unas deliciosas nueces como muestra de gratitud.
Mientras compartían las nueces en la madriguera, las ardillas le contaron a Sofi sobre un problema que tenían en el bosque: un árbol antiguo estaba enfermo y necesitaba ser curado para que todos los animales pudieran seguir disfrutando de su sombra fresca en verano.
Sofi no dudó ni un segundo en ofrecer su ayuda. Recordó haber escuchado sobre las propiedades curativas de la cáscara de sandía y decidió preparar una poción especial para salvar al árbol enfermo.
Con paciencia y dedicación, Sofi recolectó todas las cáscaras de sandía que pudo encontrar en el bosque e hizo una poderosa poción curativa. Con mucho esfuerzo logró subir hasta la copa del árbol anciano echarle la poción milagrosa.
Días después, el árbol comenzó a recuperarse lentamente gracias al poder curativo de la poción hecha por Sofi Mandarina. Todos los animales del bosque celebraron con alegría mientras veían cómo el árbol volvía a florecer con más fuerza que nunca.
Desde ese día en adelante, Sofi Mandarina fue recordada como la heroína del bosque por su valentía, generosidad y amor incondicional hacia los demás. Y aunque seguía disfrutando sus adoradas sandías cada día, ahora también saboreaba la dulce satisfacción de ayudar a quienes lo necesitaban.
FIN.