Sofi y el tesoro de la autoestima


En un pequeño pueblo de Argentina vivía una niña llamada Sofi. Sofi era una niña alegre y divertida, le encantaba jugar con sus amigos y explorar el mundo que la rodeaba. Sin embargo, Sofi tenía un problema. Desde pequeña, había batallado con problemas alimenticios y sufría de burlas por parte de sus compañeros de escuela.

Un día, mientras caminaba por el bosque cerca de su casa, Sofi encontró un cofre brillante escondido entre los árboles. Al abrirlo, descubrió que dentro había un espejo mágico. El espejo le habló cariñosamente y le dijo que contenía el tesoro más valioso que una persona podía tener: la autoestima. El espejo le explicó que la autoestima era como un escudo mágico que la protegería de las burlas y le daría la fuerza para superar sus problemas.

Emocionada, Sofi decidió llevar el espejo a casa y cuidarlo con mucho cariño. Cada mañana, miraba al espejo y repetía en voz alta afirmaciones positivas sobre ella misma. Poco a poco, comenzó a sentirse más segura y a valorarse tal como era.

Un día, mientras jugaba en la plaza con sus amigos, Sofi escuchó a unos niños burlándose de su apariencia. En lugar de sentirse mal, recordó las palabras del espejo y decidió enfrentar la situación. "Soy única y valiosa tal como soy", dijo con firmeza. Los niños se quedaron sorprendidos por su actitud y, poco a poco, comenzaron a tratarla con más respeto.

Con el tiempo, Sofi se convirtió en un ejemplo para sus compañeros, enseñándoles la importancia de tratar a los demás con amabilidad y respeto. Gracias al tesoro de la autoestima, Sofi superó sus problemas alimenticios y se convirtió en una niña feliz y segura de sí misma.

Desde entonces, la autoestima se convirtió en el tesoro más preciado de Sofi, recordándole que su valía no dependía de la opinión de los demás, sino de cómo se veía a sí misma.

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