Sofía aprende a valorar su verdadera belleza



Había una vez una princesa llamada Sofía, que vivía en un hermoso castillo rodeado de jardines y animales. A pesar de tener todo lo que quería, la princesa no era feliz.

Siempre se comparaba con las demás princesas y pensaba que no era lo suficientemente bonita o talentosa. Un día, mientras paseaba por el bosque, encontró a una hada mágica que le concedió un deseo. La princesa pidió ser la más hermosa del reino.

La hada le advirtió: "La belleza exterior no es lo más importante, pero si eso es lo que deseas, así será". Y con un toque de varita mágica, Sofía se convirtió en la princesa más bella del reino.

Al principio, todos la admiraban y halagaban su belleza. Pero pronto se dio cuenta de que eso no era suficiente para ser feliz. Se sentía sola y vacía por dentro.

Un día decidió dar otro paseo por el bosque y allí encontró a una anciana sabia sentada bajo un árbol. La anciana notó la tristeza en los ojos de Sofía y le preguntó qué le pasaba.

"Soy la princesa más hermosa del reino pero aún así me siento infeliz" -contestó Sofía entre lágrimas"No sé qué hacer". La anciana sabia sonrió dulcemente y dijo: "Hermosura no significa felicidad ni amor propio".

Luego sacó un pequeño espejo dorado de su bolsillo y se lo entregó a Sofía diciéndole: "Mira tu reflejo en este espejo y dime qué ves". La princesa miró su reflejo y se sorprendió al ver que no era la misma imagen que veía en los espejos del castillo.

En lugar de una belleza perfecta, vio a una chica normal con algunas imperfecciones. "¿Por qué me diste un espejo diferente?" -preguntó Sofía confundida.

"Este es un espejo mágico que muestra tu verdadera imagen" -respondió la anciana sabia"Y lo que muestra ahora mismo eres tú, sin filtros ni trucos. La verdadera belleza viene de adentro, querida princesa". Sofía entendió el mensaje y decidió trabajar en su amor propio. Aprendió a aceptar sus imperfecciones y valorarse por quien era en realidad.

Descubrió sus talentos y habilidades, ayudando a las personas necesitadas del reino. Con el tiempo, la princesa se convirtió en una líder justa y amada por su pueblo.

Y aunque ya no era considerada la más hermosa del reino, eso ya no le importaba porque había aprendido a quererse tal como era. Desde entonces, Sofía enseñaba a todos los niños del reino lo importante que era amarse uno mismo antes de buscar la admiración o aceptación de los demás.

Y así vivieron felices para siempre.

FIN.

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