Sofía, la artista de la madera



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Sofía. Ella vivía con su familia en una humilde casa y aunque no tenían mucho dinero, siempre se las arreglaban para ser felices.

Desde muy temprana edad, Sofía aprendió el valor del trabajo duro. Aunque solo tenía 8 años, ayudaba a sus padres en todo lo que podía. Por las mañanas, iba al mercado a vender verduras que cultivaban en su pequeño huerto.

Por las tardes, ayudaba a su mamá a hacer dulces caseros para venderlos también.

Un día, mientras caminaba por el mercado con una canasta llena de verduras frescas, Sofía escuchó risas provenientes de un grupo de niños mayores que estaban jugando cerca. Se acercó curiosa y les preguntó si podía jugar con ellos. "¡No puedes jugar con nosotros! Eres demasiado pobre", le dijo uno de los niños burlándose.

Sofía sintió un nudo en la garganta y lágrimas asomaron en sus ojos. Sin embargo, decidió no dejarse vencer por aquel comentario despectivo. Decidida a demostrarles que ella era capaz de cualquier cosa, se dirigió al taller del señor Antonio.

Él era conocido por ser el mejor carpintero del pueblo y siempre tenía muchos encargos. "Señor Antonio", dijo Sofía tímidamente "¿Podrías enseñarme cómo trabajar la madera?"El señor Antonio sonrió ante la determinación de la niña y aceptó enseñarle algunos trucos básicos de carpintería.

Durante semanas enteras, Sofía visitaba el taller todos los días después de la escuela y practicaba con las herramientas. Un día, mientras trabajaba en su proyecto más ambicioso hasta el momento, Sofía vio a los niños mayores pasar frente al taller.

Decidió sorprenderlos y mostrarles lo que había aprendido. "¡Hey chicos! Miren lo que puedo hacer", exclamó Sofía orgullosa. Los niños se detuvieron asombrados al ver una hermosa caja de madera tallada por la pequeña niña.

Estaban impresionados por su habilidad y se disculparon por haberla excluido antes. Desde ese día, Sofía se convirtió en una inspiración para todos los niños del pueblo. Comenzaron a admirar su valentía, determinación y habilidades para trabajar la madera.

Incluso algunos padres le pidieron que les enseñara a sus hijos su arte secreto. Con el tiempo, la fama de Sofía trascendió las fronteras del pueblo y llegó a oídos de un famoso artesano de Buenos Aires.

Quedó tan impresionado con las habilidades de Sofía que decidió llevarla consigo para enseñarle aún más sobre la carpintería. Sofía dejó atrás su hogar y partió hacia la gran ciudad junto al artesano. Allí, aprendió técnicas avanzadas y perfeccionó aún más su talento.

Con el tiempo, se convirtió en una reconocida artista en todo Argentina. Pero nunca olvidó sus humildes orígenes ni a aquellos niños que alguna vez se burlaron de ella.

Cuando regresaba a visitar su pueblo natal, llevaba consigo regalos hechos a mano para todos los niños, demostrando que el trabajo duro y la determinación pueden llevarnos lejos, sin importar nuestras circunstancias.

Y así, Sofía enseñó a todos que no importa cuán pobres o ricos seamos, lo importante es siempre creer en nosotros mismos y luchar por nuestros sueños.

FIN.

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