Sofía, la astronauta valiente
Había una vez en un pequeño pueblo de la provincia de Buenos Aires, una niña llamada Sofía que soñaba con ser astronauta. Desde muy pequeña, miraba las estrellas todas las noches y se maravillaba con la inmensidad del universo.
Un día, en la escuela, la maestra les pidió a los niños que dibujaran lo que querían ser cuando fueran grandes. Sofía no dudó ni un segundo y agarró sus crayones para dibujar una nave espacial surcando el espacio.
Al terminar su dibujo, lo mostró orgullosa a sus compañeros. "¡Wow! ¿Quieres ser astronauta?" -preguntó Martín, su mejor amigo. "Sí, desde siempre he soñado con explorar el espacio y descubrir nuevos planetas" -respondió Sofía emocionada.
Los días pasaron y Sofía siguió investigando todo sobre el espacio. Leía libros, miraba documentales y hasta visitó un planetario en la ciudad vecina. Estaba decidida a hacer realidad su sueño.
Un día, mientras paseaba por el parque del pueblo, encontró a Don Manuel, un anciano muy sabio que solía contar historias fantásticas a los niños del lugar. "Hola Sofía, veo en tus ojos un brillo especial ¿qué es lo que tanto te apasiona?" -preguntó Don Manuel con curiosidad.
"Hola Don Manuel ¡me encanta el espacio! Sueño con ser astronauta y viajar más allá de las estrellas" -respondió Sofía emocionada. Don Manuel sonrió y le dijo: "Sabes Sofía, los sueños están ahí para cumplirse si realmente crees en ellos.
Solo necesitas perseverancia y valentía para alcanzar las estrellas". Sofía quedó pensativa ante las palabras del anciano pero decidió seguir adelante con su sueño.
Comenzó a estudiar más duro en la escuela y participar en actividades relacionadas con la ciencia y tecnología. Un día, llegó al pueblo una feria de ciencias donde se presentaban diferentes proyectos innovadores. Sofía decidió inscribirse junto a Martín para mostrar un cohete espacial casero que habían construido juntos durante semanas.
El día de la feria llegó y el cohete de Sofía fue todo un éxito. Los jueces quedaron impresionados con su creatividad e interés por la exploración espacial.
Fue entonces cuando recibieron una sorpresa inesperada: ¡habían ganado el primer premio!"¡Felicidades chicos! Este proyecto demuestra verdadero talento e ingenio" -dijo uno de los jueces entregándoles una medalla dorada. Sofía estaba radiante de felicidad y Martín no paraba de saltar de emoción.
Ese día entendieron que juntos podían lograr cualquier cosa si trabajaban en equipo y nunca perdían la esperanza. Con el tiempo, Sofía se convirtió en una reconocida astronauta argentina que inspiraba a niños de todo el país a perseguir sus sueños sin importar lo imposible que parezcan.
Y cada noche, al mirar las estrellas desde su nave espacial, recordaba aquel consejo sabio de Don Manuel: "Alcanza las estrellas si así lo deseas porque solo tú puedes limitarte".
FIN.