Sofía, la bailarina perseverante
Era una vez una pequeña bailarina de ballet llamada Sofía, a quien le encantaba el color rosa. Siempre llevaba un tutú rosa y zapatillas de ballet rosas que hacían juego con su maquillaje suave y delicado.
Una noche, después de un largo día en la escuela de baile, Sofía se quedó dormida mientras soñaba con ser una bailarina famosa.
En su sueño, ella estaba en un gran teatro rodeada por miles de personas que aplaudían cada uno de sus movimientos elegantes y gráciles. Mientras danzaba en el escenario, Sofía cantaba una hermosa canción sobre su amor por la danza y cómo siempre había soñado con ser una bailarina profesional.
De repente, algo extraño ocurrió: sus zapatillas comenzaron a brillar intensamente y empezó a flotar por el aire como si fuera un ángel. Sofía no podía creer lo que estaba pasando, pero decidió disfrutar del momento mágico.
Bailó alrededor del escenario mientras seguía cantando hasta que finalmente aterrizó suavemente en el centro del escenario. Cuando despertó al día siguiente, Sofía recordaba claramente todo lo que había pasado en su sueño.
Aunque sabía que era solo eso, un sueño increíblemente vívido e inspirador, decidió hacer todo lo posible para convertirlo en realidad. Comenzó a trabajar aún más duro en sus clases de ballet y se aseguró de practicar todos los días sin falta.
También comenzó a tomar clases de canto para mejorar aún más sus habilidades artísticas. A medida que pasaban los meses, Sofía comenzó a notar una gran mejora en su técnica de baile y canto.
Finalmente llegó el día en que se presentaría ante un panel de jueces para audicionar para la compañía de ballet local. Sofía se preparó cuidadosamente ese día, vistiendo su tutú rosa favorito y usando maquillaje suave pero elegante. Cuando llegó el momento de su audición, ella entró al escenario con confianza y gracia.
La música comenzó a sonar, y Sofía comenzó a bailar con pasión y emoción. A medida que avanzaba la canción, también comenzó a cantar dulcemente la letra. Cuando terminó su actuación, los jueces estaban impresionados por lo que habían visto.
Le dijeron que tenía mucho talento y potencial para convertirse en una bailarina profesional. Sofía estaba emocionada por haber pasado la audición y prometió seguir trabajando duro para alcanzar sus sueños.
Sabía que había logrado tanto porque nunca dejó de soñar ni dejaba de trabajar incansablemente para alcanzarlos. Desde entonces, Sofía continuó bailando y cantando en todas partes donde podía: desde pequeñas funciones escolares hasta grandes teatros llenos de gente aplaudiendo cada uno de sus movimientos elegantes.
Y todo gracias a su perseverancia, pasión e inquebrantable fe en sí misma.
FIN.