Sofía, la luz que ilumina
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Esperanzaville, una niña llamada Sofía que tenía un don especial.
Sofía era conocida como "la fábrica de la esperanza" porque siempre encontraba la forma de hacer sonreír a los demás, incluso en los momentos más difíciles. Un día, cuando Sofía tenía siete años, le diagnosticaron cáncer. A pesar del miedo y la incertidumbre, ella decidió enfrentar la enfermedad con valentía y optimismo.
En el hospital donde recibía tratamiento, Sofía se convirtió en un rayo de luz para todos los niños que también luchaban contra el cáncer.
"¡Hola amigos! ¡Hoy vamos a pintar juntos y crear obras de arte increíbles!" -decía Sofía mientras repartía pinceles y colores entre los niños enfermos. Con su alegría contagiosa y su actitud positiva, Sofía logró levantar el ánimo de todos a su alrededor.
Pronto, las paredes del hospital se llenaron de hermosos dibujos hechos por los pequeños artistas bajo la guía de Sofía. Pero un día, mientras jugaba en el jardín del hospital, Sofía conoció a Tomás, un niño que acababa de llegar y estaba muy triste por estar lejos de su familia.
Tomás no quería hablar con nadie y pasaba sus días mirando por la ventana con nostalgia. "Hola Tomás, soy Sofía. ¿Quieres jugar conmigo?" -preguntó ella con una sonrisa amable. Tomás asintió tímidamente y juntos comenzaron a construir castillos de arena en el patio del hospital.
Poco a poco, gracias a la compañía y el cariño de Sofía, Tomás empezó a recuperar la alegría perdida. Los días pasaron volando entre risas y juegos para Sofía y Tomás.
Sin embargo, una mañana los médicos les dieron una noticia inesperada: Sofías debían someterse a una cirugia urgente para extirpar el tumor canceroso que aún quedaba en su cuerpo.
A pesar del miedo que sentían tanto ella como sus amigos en el hospital; decidió enfrentarse al desafío con coraje.
La operación fue un éxito gracias al apoyo incondicional de todos los niños que habían encontrado consuelo en la compañia amorosa SofiaDespués de semanas de recuperación; finalmente llegó el momento más esperado: ¡Sofia había vencido al cáncer! El día de su alta fue celebrado por todo el pueblo; quienes reconocieron a Sofia como toda una heroína por haber traído esperanza y alegrías aun en medio del dolorDesde entonces, cada año se celebra en Esperanzaville "El Dìa de Sofia"; donde se honra su valentìa e inspiraciòn para seguir adelante sin importar las dificultades
FIN.