Sofía, Pelusa y Lucas


Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en un pequeño pueblo. Sofía era muy tímida y le costaba mucho hacer amigos.

Siempre se sentaba sola en el colegio y pasaba sus recreos leyendo libros bajo un árbol. Un día, mientras caminaba por el parque, vio a un perro jugando solo. El perro parecía triste y abandonado, así que Sofía decidió acercarse a él. "Hola perrito, ¿estás perdido?", preguntó Sofía con ternura.

El perro movió su cola emocionado al ver a alguien interesado en él. Desde ese momento, Sofía y el perro se volvieron inseparables. Lo llamó —"Pelusa"  porque tenía el pelaje más suave del mundo.

Sofía llevó a Pelusa a casa y le dio de comer. Juntos jugaron todo el día y ella no se sintió sola por primera vez en mucho tiempo. Pero había algo que preocupaba a Sofía: Pelusa necesitaba compañeros como él para jugar.

Decidida a ayudar a su amigo animal, Sofía comenzó una misión para encontrarle amigos caninos. Puso carteles por todo el vecindario invitando a los dueños de perros a un gran encuentro perruno en el parque.

El día del evento llegó y muchos dueños llevaron a sus mascotas al parque. Habían perros grandes, pequeños, animals y sin pelo; todos ansiosos por hacer nuevos amigos.

Sofía estaba feliz viendo cómo los perritos jugaban juntos cuando notó algo inusual: había otro cartel cerca de los árboles que decía "Busco amigos humanos". Era un niño llamado Lucas, que también se sentía solo y quería hacer amigos. Sofía se acercó a Lucas y le sonrió amablemente.

"¡Hola! Soy Sofía, ¿quieres jugar con nosotros?"Lucas, sorprendido pero emocionado, aceptó la invitación. Los tres comenzaron a jugar juntos y pronto se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común. Descubrieron que les gustaba leer, dibujar y explorar la naturaleza.

A partir de ese día, Sofía, Pelusa y Lucas se convirtieron en los mejores amigos del mundo. Pasaban sus días explorando el pueblo, jugando en el parque y compartiendo risas.

La historia de Sofía nos enseña que a veces podemos encontrar amigos donde menos lo esperamos. Solo necesitamos abrirnos al mundo y estar dispuestos a conocer nuevas personas. Desde aquel encuentro perruno en el parque, Sofía nunca volvió a sentirse sola.

Y aunque todavía era tímida para hacer nuevos amigos en la escuela, sabía que siempre tendría una gran amistad junto a Pelusa y Lucas.

Y así fue como esta historia termina felizmente: con una niña valiente que encontró amistad donde menos lo esperaba y aprendió que siempre hay alguien especial esperándonos para compartir momentos inolvidables.

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