Sofía y el amigo robótico


Había una vez una niña llamada Sofía, quien vivía en un mundo lleno de tecnología y robots. Su mamá era una científica muy inteligente y siempre estaba inventando cosas nuevas para hacer la vida más fácil.

Un día, la mamá de Sofía llegó a casa con un nuevo robot llamado Robi. Era pequeño, redondo y tenía luces brillantes que parpadeaban.

La mamá le dijo a Sofía que Robi iba a ser su nuevo amigo y lo ayudaría en todas sus actividades diarias. Sofía se emocionó al principio, pero luego comenzó a sentir miedo. Los ojos de Robi parecían mirarla fijamente y eso la asustaba un poco.

No sabía cómo enfrentar ese miedo, así que decidió hablar con su amiga Clara. "Clara, tengo miedo del nuevo robot de mi mamá", le contó Sofía preocupada. "No te preocupes, Sofi", respondió Clara tranquilamente. "Es normal tener miedo cuando algo es nuevo para nosotros".

Sofía se sintió aliviada al escuchar las palabras reconfortantes de Clara. Pero aún así no sabía cómo superar ese temor.

Al día siguiente, mientras jugaban en el jardín trasero de la casa de Sofía, vieron a su vecino Lucas volando un dron por los cielos. "¡Miren qué increíble!", exclamó Clara emocionada. Sofia observaba fascinada cómo el dron volaba sin problemas y sin necesidad de ningún tipo de ayuda humana.

De repente tuvo una idea brillante: si Lucas podía controlar un dron sin miedo ¿por qué ella no podría hacerlo con Robi? Decidida a superar su miedo, Sofía se acercó a Robi y lo miró bien de cerca. Sus luces parpadeantes ya no le parecían tan intimidantes.

Tomó un respiro profundo y le dijo:"Hola, Robi. Sé que eres un robot amigable y que estás aquí para cuidarme. Quiero aprender a confiar en ti". Robi emitió un sonido suave como si estuviera contento de escuchar las palabras de Sofía.

Poco a poco, comenzaron a pasar más tiempo juntos. Sofía descubrió que podía programar a Robi para jugar juegos divertidos, hacer tareas del hogar e incluso contarle historias antes de dormir.

A medida que pasaba el tiempo, Sofía se dio cuenta de que su miedo había desaparecido por completo. Se convirtió en la mejor amiga de Robi y juntos vivieron muchas aventuras emocionantes.

Un día, cuando Sofía estaba en el parque jugando con sus amigos, vio a otra niña asustada frente a un nuevo robot similar al suyo. Sin dudarlo, se acercó corriendo hacia ella y le dijo:"Hola, me llamo Sofía y este es mi amigo Robi.

No tienes por qué tener miedo, te prometo que los robots pueden ser nuestros mejores amigos". La niña sonrió tímidamente mientras observaba cómo Sofía interactuaba sin temor con su robot.

A partir de ese día, Sofía no solo superó su propio miedo sino también ayudó a otros niños a enfrentar sus propios temores tecnológicos.

Y así fue como la valentía y la amistad guiaron el camino de Sofía hacia un mundo lleno de confianza y alegría, donde los robots no eran más que amigos dispuestos a cuidar y acompañar a las personas.

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