Sofía y el Amor a Ciegas
En un pequeño y colorido barrio, vivía Sofía, una niña de corazón grande pero ciega desde pequeña. Su madre, Carolina, siempre había sido su luz en la oscuridad. A pesar de no poder ver, Sofía era curiosa y llena de sueños. Pasaba sus días jugando con sus amigos, explorando su entorno a través del tacto y los sonidos.
Un día, mientras preparaban la merienda juntas, Carolina se sintió valiente y decidió contarle a Sofía un secreto.
"Sofía, tengo algo importante que decirte," comenzó su madre, con tono alegre.
"¿Qué es, mamá?" preguntó Sofía, inclinándose curiosa.
"Estoy enamorada de alguien más."
Al escuchar esas palabras, Sofía sintió que su corazón se oprimía. En su mente, confusión y enojo se mezclaron. Recordaba a su papá y cómo siempre había imaginado que su familia era perfecta. En ese instante, la molestia la invadió.
"¡No podés hacer eso! ¡Estás engañando a papá!" gritó Sofía.
Sin poder contener su frustración, le dio un golpe a su madre en el brazo. Pero algo inesperado pasó. Carolina se rió, sin un atisbo de tristeza, y le dijo:
"Cieguita, tocame cieguita, si querés pelear, así me encontrás mejor."
"¡No es gracioso! ¡No entiendes lo que estás haciendo!" dijo Sofía, indignada.
Carolina, entendiendo que su hija necesitaba algún tipo de consuelo, la abrazó con fuerza.
"Sofi, amor, ese enamoramiento no significa que no te quiera. El amor puede ser diferente y, a veces, se comparten distintos tipos de cariño. Lo importante es lo que sentimos por nuestra familia."
Sofía empezó a calmarse poco a poco, pero aún no comprendía del todo.
"Pero, ¿por qué, mamá?"
"Porque a veces las personas pueden encontrar diferentes maneras de amar. Eso no significa que yo no te ame a vos o a tu papá."
La conversación tomó un giro inesperado. Sofía se dio cuenta de que el amor no es solo la historia de un príncipe y una princesa, sino un sentimiento mucho más amplio, que puede incluir amistad, cariño y respeto.
"Entonces, amor no es solo tener un enamorado, ¿verdad?"
"Exactamente, mi cieguita. El amor es un abrazo, una risa compartida, y también la comprensión de que las personas pueden cambiar sus sentimientos y eso está bien."
A medida que el día avanzaba, Sofía comenzó a darse cuenta de lo valioso que era el amor más allá de lo romántico. Empezó a comprender que, aunque el cambio asustaba, su madre seguía siendo su madre, y el amor que sentían entre ellas era inquebrantable.
Decidió que, aunque el corazón de su mamá pudiera amar a alguien más, su amor por ella nunca cambiaría.
"Mamá, te quiero," susurró Sofía, abrazando con fuerza a Carolina.
Carolina acarició la cabeza de su hija y sonrió.
"Y yo a vos, Sofi. Siempre."
Con el tiempo, Sofía aprendió a aceptar que la vida está llena de sorpresas y que el amor es una de las más bellas. Agradeció cada día por tener a su madre a su lado, y entendió que los lazos familiares son los más importantes, sin importar cuántas formas tome el amor.
Desde ese día, madre e hija reforzaron su relación, disfrutando juntas de pequeños momentos y riendo con sus corazones llenos de amor. Sofía se dio cuenta de que, aunque no podía ver, sentía con claridad el amor que la rodeaba y eso era la verdadera luz en su vida.
FIN.