Sofía y el baile mágico


Había una vez una niña llamada Sofía que le tenía mucho miedo a bailar. A diferencia de sus amigas, quienes disfrutaban de moverse al ritmo de la música, Sofía se sentaba en un rincón y observaba con timidez.

Un día, su maestra de música, la señorita Laura, decidió hacer una presentación especial en el colegio. Quería que todos los niños participaran y demostraran sus habilidades para el baile.

Sofía se puso muy nerviosa al escuchar esto y pensó: "¿Cómo voy a enfrentar mi miedo?"La noche anterior a la presentación, Sofía tuvo un sueño extraño. Soñó que estaba en un bosque encantado donde todos los árboles eran músicos y bailarines.

Se acercó a uno de ellos y le preguntó: "Señor Árbol, ¿cómo puedo superar mi miedo a bailar?" El árbol sonrió y le respondió: "Querida Sofía, debes encontrar el ritmo en tu corazón".

Al despertar por la mañana, Sofía sintió una nueva determinación dentro de ella. Decidió hablar con su mamá sobre su miedo y cómo quería superarlo. Su mamá la escuchó atentamente y le dijo: "Sofía, no hay nada malo en tener miedo. Lo importante es saber que puedes enfrentarlo".

Le sugirió practicar frente al espejo e imaginar que estaba bailando como lo hacen las estrellas del espectáculo.

Esa tarde, mientras practicaba frente al espejo con su canción favorita sonando de fondo, Sofía notó que sus movimientos se volvían más sueltos y fluidos. Poco a poco, comenzó a disfrutar de la música y dejó de preocuparse por lo que los demás pensarían. El día de la presentación llegó y Sofía estaba nerviosa pero emocionada.

Mientras esperaba su turno, recordó las palabras del árbol en su sueño y sintió una calma interior. Cuando llegó el momento de subir al escenario, respiró hondo y se dijo a sí misma: "¡Puedo hacerlo!".

La música comenzó a sonar y Sofía permitió que el ritmo fluyera dentro de ella. Sus pies comenzaron a moverse siguiendo el compás de la melodía, mientras sus brazos dibujaban hermosas figuras en el aire.

Para su sorpresa, todos los ojos estaban puestos en ella, admirando su gracia y valentía. Al terminar su presentación, Sofía recibió una ovación de pie. Estaba radiante de felicidad al darse cuenta de que había superado su miedo gracias a la confianza en sí misma.

Desde ese día, Sofía nunca dejó que el miedo le impidiera expresarse a través del baile. Descubrió que bailar era como contar una historia con su cuerpo y se convirtió en una bailarina apasionada.

Y así fue como una niña llamada Sofía superó sus temores para convertirse en una inspiración para otros niños que también tenían miedo a bailar. Aprendieron juntos que cuando creemos en nosotros mismos, no hay límites para lo que podemos lograr.

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