Sofía y el bosque de los amigos
Había una vez una nena muy curiosa llamada Sofía, que vivía en un pequeño pueblo rodeado de un hermoso bosque. Sofía siempre había querido explorar el bosque, pero sus padres le habían advertido que no se aventurara demasiado lejos.
Un día, mientras jugaba cerca del borde del bosque, la curiosidad de Sofía la llevó a adentrarse en él. Al principio todo parecía familiar y emocionante, pero pronto se dio cuenta de que estaba perdida.
Sofía comenzó a caminar en busca de su camino de regreso al pueblo, pero cuanto más caminaba, más se adentraba en el bosque. De repente, escuchó un ruido extraño detrás de ella y se giró para ver qué era.
- ¿Quién está ahí? -preguntó con miedo. Para su sorpresa, lo que encontró fue una ardilla amistosa que la miraba con curiosidad. La ardilla parecía saber algo sobre el bosque y decidió ayudar a Sofía a encontrar su camino.
La ardilla guió a Sofía por senderos estrechos y árboles antiguos hasta llegar a un claro donde encontraron una familia de ciervos amables. Los ciervos también ofrecieron ayuda para guiarla hacia casa.
Mientras seguían adelante juntos, los animales le enseñaban cosas interesantes sobre las plantas y los árboles del bosque. Aprendió cómo identificar diferentes hojas y frutos silvestres. También aprendió cómo construir refugios temporales usando ramas y hojas secas.
Finalmente llegaron al borde del bosque donde pudo ver su casa a lo lejos. Sofía dijo adiós a sus nuevos amigos animales y prometió no volver a aventurarse tan lejos en el bosque nuevamente. Desde ese día, Sofía aprendió la importancia de ser cuidadosa y respetuosa con la naturaleza.
También aprendió que nunca está sola porque siempre habrá alguien dispuesto a ayudarla si se encuentra en una situación difícil.
A partir de entonces, todos los días después de la escuela, iba al borde del bosque para visitar a sus amigos ciervos y ardillas. Y aunque nunca más volvió a perderse en el bosque, disfrutaba explorando nuevas áreas con sus amigos animales como guías expertas.