Sofía y el hechizo de Aurora



Había una vez en un bosque encantado, una hada llamada Aurora que vivía atrapada en un árbol por un hechizo malvado.

Durante mucho tiempo, ella había estado esperando a que alguien la liberara para poder volar libremente entre las flores y los arroyos del bosque. Un día, una chica curiosa llamada Sofía se adentró en el bosque en busca de aventuras. Mientras caminaba entre los árboles, escuchó susurros provenientes de un tronco hueco.

Intrigada, se acercó lentamente y descubrió a la hada Aurora atrapada dentro. "¡Hola! ¿Quién eres tú?" preguntó Sofía con asombro. "Soy Aurora, un hada atrapada en este árbol por un hechizo maligno.

Necesito tu ayuda para ser liberada y así poder devolver la magia al bosque", respondió la hada con tristeza. Sofía, valiente y decidida, prometió ayudar a Aurora a romper el hechizo que la mantenía prisionera.

La hada le explicó que debían encontrar tres objetos mágicos: una pluma negra como la noche, una piedra naranja brillante como el sol y una flor azul como el cielo. Juntas emprendieron su búsqueda por el bosque. Encontraron la pluma negra en lo alto de un viejo roble custodiado por cuervos traviesos.

Con astucia y paciencia, Sofía logró recuperarla sin despertar a los cuervos. "¡Una parte del hechizo está rota! ¡Ahora solo faltan dos objetos más!" exclamó emocionada Aurora.

Continuaron su camino hasta llegar a las profundidades de una cueva oscura donde brillaba una piedra naranja resplandeciente. Sin embargo, la piedra estaba protegida por un temible dragón dormido cuyo ronquido hacía temblar las paredes de la cueva.

Con ingenio y valentía, Sofía ideó un plan para deslizarse sigilosamente hasta la piedra y arrebatársela al dragón sin despertarlo. Lo logró con éxito y salieron corriendo antes de que el dragón abriera sus ojos enormes llenos de fuego.

"¡Solo falta una cosa más para romper el hechizo! ¡Vamos por esa flor azul!" animó Sofía mientras sostenía firmemente la piedra naranja en sus manos. Caminaron hacia el claro del bosque donde crecían las flores más hermosas y encontraron la flor azul brillando bajo los rayos del sol.

Pero justo cuando iban a tomarla, apareció un duende malhumorado que les dijo:"Para llevarse esta flor tan preciada deben responder mi acertijo: ¿Qué es algo que todos tenemos pero nadie puede perder?"Sofía pensó durante unos segundos hasta que finalmente exclamó:"¡Es nuestra sombra!"El duende sonrió satisfecho y les entregó la flor azul permitiendo así que rompieran el último fragmento del hechizo maligno que mantenía atrapada a Aurora.

De repente, todo comenzó a brillar intensamente en el bosque mientras los pájaros cantaban melodías alegres anunciando la liberación del hada encantadora.

Con lágrimas de felicidad en sus ojos, Aurora abrazó a Sofía eternamente agradecida por haberle devuelto su libertad. A partir de ese día, Aurora volvió a volar entre las flores llevando consigo siempre a su amiga Sofía quien aprendió que con valentia e ingenio se pueden superar cualquier obstáculo si se tiene buen corazón.

FIN.

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