Sofía y el Jardín de los Pensamientos



Sofía era una niña que vivía en un pequeño pueblo rodeado de colinas verdes. Tenía diez años y le encantaba jugar en el parque, leer cuentos de aventuras y dibujar flores de colores. Sin embargo, había algo que la hacía sentir diferente de los otros niños: a veces, se encontraba con pensamientos extraños y preocupantes que aparecían de repente en su mente, como nubes grises en un día de sol.

Un día, mientras dibujaba en el parque, Sofía sintió que algo oscuro comenzaba a invadir su mente.

"¿Qué tal si la tierra se abre y me traga?" - pensó, angustiada, mientras miraba a su alrededor.

Entonces, recordando una charla que había tenido con su mamá sobre cómo cada uno puede pelear sus propios monstruos, hizo un esfuerzo y decidió hablar con su mejor amiga, Clara.

"Clara, a veces siento que algo malo puede pasarme sin razón y no puedo dejar de pensar en eso. " - confesó Sofía con la voz temblorosa.

"Sofía, ¡no te preocupes! Todos tenemos pensamientos raros a veces. ¿Sabés qué? Cuando me siento así, invento un superhéroe en mi cabeza que derriba esos monstruos. ¡Yo lo llamo Super Clara!" - dijo Clara con una sonrisa, tratando de animar a su amiga.

Sofía pensó que quizás hacer su propio superhéroe le ayudaría también. Y así, un día de sol radiante, Sofía fue al jardín de su casa y se sentó en un pequeño banquito. Con un lápiz y una hoja, empezó a dibujar a su superhéroe.

"Voy a llamarlo ¡Gran Pensador!" - exclamó mientras ponía cada detalle en su dibujo. Gran Pensador tenía una capa multicolor y llevaba rayos de luz en su pecho, que representaban ideas brillantes.

A medida que dibujaba, un nuevo desafío apareció en su mente, haciéndola dudar.

"¿Y si Gran Pensador no puede ser tan fuerte y me deja sola enfrentando a esos pensamientos sombríos?" - cuestionó Sofía, sintiendo cómo los nubarrones parecían acercarse a su mente.

De pronto, del fondo del jardín, apareció una pequeña mariposa amarilla. Era graciosa, con sus alas brillantes danzando en el aire. Sofía la miró con curiosidad.

"Hola, Sofía. Soy Mariposa Lila. ¿Por qué lucís tan preocupada?" - preguntó la mariposa al verse tan intranquila.

Sofía le contó sobre Gran Pensador y sus temores.

"En el jardín de los pensamientos, cada uno tiene su luz y su sombra. Lo importante es que nunca estás sola. Cuando te sientas mal, recuerda que podés llamar a Gran Pensador y a tus amigos. ¡Ellos te ayudarán a que brille la luz!" - dijo la mariposa con dulzura.

Sofía se sintió más aliviada y decidió que, aunque los pensamientos intrusivos siguieran viniendo, iba a compartirlos con Gran Pensador.

Esa tarde, entretanto, invitó a sus amigos a jugar y les mostró su dibujo.

"¡Miren! Este es Gran Pensador, y juntos vamos a hacer que las sombras se vayan" - les dijo con entusiasmo.

Al escuchar la historia, sus amigos comenzaron a reír y se unieron creando sus propios superhéroes.

"¡Yo tengo a Capitán Alegría!" - gritó Juan.

"Yo tengo a Señora Valentía!" - dijo Ana.

Juntos, comenzaron a imaginar un mundo donde todos sus superhéroes se unían para acabar con los temores. Le pusieron una fiesta a las ideas positivas, y en su mente, las sombras comenzaron a desvanecerse por el brillo de sus pensamientos.

Con el tiempo, Sofía aprendió a gestionar sus males y a crear un espacio en su mente donde esos pensamientos catastróficos ya no la asustaban tanto. La mariposa amarilla siempre venía a visitarla, recordándole lo importante de la amistad y la fuerza de los buenos pensamientos.

Así fue como Sofía, con la ayuda de sus amigos y sus superhéroes, logró convertir su jardín de pensamientos en un lugar lleno de colores y sonrisas.

Y por siempre guardó en su corazón la lección de que, aunque a veces las nubes grises quisieran aparecer, siempre había una manera de despejarlas con amor, apoyo y mucha creatividad.

FIN.

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