Sofía y el legado de Santo Tomás
En un pequeño pueblo argentino llamado San Martín, vivía una niña llamada Sofía. Era una niña curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras. Un día, su mamá le dijo:- Sofía, hoy es un día especial.
Vamos a pasear por todos los puestos del mercado y a conocer quién era Santo Tomás. Sofía se emocionó mucho con la idea y rápidamente se preparó para salir. Caminaron juntas por las coloridas calles del pueblo hasta llegar al mercado.
Allí encontraron un montón de puestos llenos de frutas frescas, verduras jugosas y dulces tentadores. El primer puesto que visitaron fue el de Don Carlos, quien vendía las mejores manzanas del lugar.
Sofía preguntó curiosa:- Don Carlos, ¿sabe usted quién era Santo Tomás? Don Carlos sonrió y respondió:- ¡Claro que sí! Santo Tomás fue un santo muy querido en nuestra religión católica. Se dice que tenía el don de la sabiduría y siempre ayudaba a los demás.
Sofía quedó fascinada con la historia y decidió seguir preguntando en cada puesto sobre Santo Tomás. En el segundo puesto conocieron a Doña Rosa, quien les contó que Santo Tomás también era conocido como "el apóstol incrédulo".
- ¿Incrédulo? -preguntó Sofía confundida-. ¿Qué significa eso? Doña Rosa explicó pacientemente:- Significa que al principio no creyó en la resurrección de Jesús hasta que pudo verlo con sus propios ojos.
Sofía asintió con la cabeza tratando de entender mejor mientras continuaban su recorrido por el mercado. En el tercer puesto, conocieron a Don Juan, un viejo pescador del pueblo. - Santo Tomás también era muy valiente -dijo Don Juan-.
Viajó por muchos lugares para llevar la palabra de Dios y nunca tuvo miedo de enfrentar los desafíos que se le presentaron. Sofía estaba emocionada con todo lo que estaba aprendiendo sobre Santo Tomás.
Pero aún tenía una pregunta en su mente:- ¿Y cómo puedo ser como Santo Tomás? Quiero tener sabiduría, ser valiente y ayudar a los demás. Su mamá sonrió y le respondió:- Sofía, ser como Santo Tomás no significa necesariamente seguir una religión específica.
Significa ser una persona buena, honesta y siempre estar dispuesta a aprender cosas nuevas. Puedes aplicar sus enseñanzas en tu vida diaria. Sofía entendió perfectamente lo que su mamá le decía y decidió poner en práctica todo lo que había aprendido sobre Santo Tomás.
Ayudaba a sus amigos en la escuela, compartía sus juguetes con los más pequeños y se esforzaba por aprender cosas nuevas cada día. Con el tiempo, Sofía se convirtió en una niña sabia y valiente.
Inspiraba a todos a su alrededor con su bondad y generosidad. Y aunque ya no vivían en San Martín, siempre recordaría aquel día especial en el mercado donde descubrió quién era Santo Tomás.
Y así termina nuestra historia hoy queridos amigos: recordemos siempre buscar la sabiduría, ser valientes frente a los desafíos y ayudar a los demás sin importar nuestras creencias o religión.
FIN.