Sofía y el lobo bondadoso
Había una vez, en un bosque encantado, una niña llamada Sofía que le encantaba pasear y explorar la naturaleza.
Un día, mientras caminaba por el bosque reagarrando flores silvestres, se encontró de repente con un lobo grande y animal que la miraba fijamente. - ¡Hola! ¿Quién eres tú? -preguntó curiosa Sofía al lobo. El lobo, sorprendido por la valentía de la niña, respondió amablemente:- Soy Lucas, el lobo del bosque. ¿Y tú? - Yo soy Sofía.
¿Por qué estás aquí solo en el bosque? -dijo ella con ternura. Lucas suspiró y explicó:- Mucha gente me teme por ser un lobo, pero en realidad solo quiero tener amigos y divertirme.
Sofía sintió compasión por Lucas y decidió hacerle compañía. Juntos jugaron a las escondidas, recogieron frutas del bosque y contaron historias bajo los rayos del sol. Con el tiempo, Sofía descubrió que Lucas no era tan malo como todos pensaban.
Era amigable, divertido y tenía un gran corazón. Pero un día, mientras jugaban cerca de un río, escucharon unos cazadores acercarse con sus perros. - ¡Tenemos que escondernos! -exclamó Sofía preocupada.
Lucas asintió y guió a Sofía a través de un pasaje secreto en las rocas donde estarían a salvo. Los cazadores pasaron sin notarlos y pronto todo volvió a la calma en el bosque. - Gracias por salvarme, Lucas. Eres mi amigo verdadero -dijo emocionada Sofía abrazando al lobo.
Desde ese día, Sofía visitaba regularmente a su amigo Lucas en el bosque. Juntos aprendieron sobre la importancia de la amistad verdadera y cómo superar los prejuicios de los demás.
Y aunque muchos aún temían al lobo del bosque, ellos sabían que su amistad era única e inquebrantable. Y así vivieron felices para siempre: una niña valiente y aventurera junto a un lobo tierno y leal en medio del mágico bosque encantado.
FIN.