Sofía y el lobo valiente
Había una vez en un bosque encantado, una adolescente llamada Sofía que vestía una caperuza blanca como la nieve.
Sofía vivía con su abuela en las afueras del pueblo y le encantaba pasear por el bosque reagarrando flores silvestres y observando a los animales. Un día, mientras caminaba por el bosque, Sofía se perdió y encontró frente a una misteriosa casa. La casa estaba rodeada de árboles frondosos y parecía estar abandonada desde hacía mucho tiempo.
A pesar de sentir un poco de miedo, la curiosidad de Sofía era más grande y decidió acercarse. Al tocar la puerta de la casa, esta se abrió lentamente con un chirrido.
Dentro, todo estaba oscuro pero Sofía pudo distinguir algunas sombras moviéndose. Con valentía, entró en la casa para explorarla. Al avanzar por los pasillos polvorientos, escuchó una voz susurrante que le decía: "¡Ayúdame!".
Sofía siguió la voz hasta llegar a una habitación donde encontró a un lobo atrapado entre unas ramas. El lobo no era como los demás lobos que había visto antes; tenía ojos tristes y parecía necesitar ayuda. "¿Qué te pasó? ¿Cómo puedo ayudarte?", preguntó Sofía con ternura.
El lobo le contó que había caído en esa trampa mientras perseguía a unos cazadores malvados que querían hacerle daño. Sin dudarlo, Sofía comenzó a desenredar al lobo con cuidado hasta liberarlo por completo.
"¡Gracias por salvarme! Eres muy valiente", dijo el lobo emocionado. Sofia sonrió y le tendió su mano al lobo para ayudarlo a levantarse. Juntos salieron de la casa abandonada y emprendieron el camino de regreso al pueblo.
En el camino, el lobo le contó a Sofia sobre su vida solitaria en el bosque y cómo había perdido la esperanza de encontrar amigos verdaderos. Sofia escuchaba atentamente y le prometió ser su amiga para siempre.
Cuando llegaron al pueblo, todos quedaron sorprendidos al ver a Sofia acompañada del lobo blanco. Al principio tuvieron miedo, pero Sofia les explicó lo ocurrido y cómo habían encontrado juntos el valor para enfrentar las dificultades.
A partir de ese día, Sofia y el lobo blanco se convirtieron en inseparables compañeros de aventuras. Juntos recorrían el bosque ayudando a quienes lo necesitaban y demostrando que la verdadera amistad no tiene límites ni prejuicios.
Y colorín colorado este cuento ha terminado, pero la amistad entre Sofia y el lobo blanco seguirá creciendo cada día más fuerte.
FIN.