Sofía y el maravilloso mundo de la escuela


Sofía era una niña alegre y curiosa que se enfrentaba a un gran desafío: su primer día de escuela primaria. Estaba nerviosa y asustada porque no conocía a nadie en su nueva escuela.

Antes de entrar, miró a su mamá con ojos llenos de incertidumbre y dijo: "Mamá, ¿puedo regresar al jardín de infantes? No conozco a nadie aquí...". Su mamá le dio un abrazo cariñoso y le aseguró que todo estaría bien.

Al entrar en su salón de clases, Sofía se aferró a su mamá, sintiendo ganas de correr de vuelta a casa. La maestra se acercó a ella con una sonrisa cálida y le dijo: "Hola, soy la señorita Ana, ¿cómo te llamas?". Sofía murmuró tímidamente su nombre.

La señorita Ana le aseguró que el día sería emocionante y que pronto haría muchos amigos. Al escuchar esto, Sofía sintió un rayito de esperanza.

Durante la hora de clases, Sofía conoció a Martín, un chico divertido y amable que se convirtió en su amigo al instante. Juntos, descubrieron un mundo lleno de números, letras y colores. Pronto, la escuela se convirtió en un lugar mágico para Sofía, donde cada día aprendía algo nuevo y emocionante.

Compartir con sus amigos y la señorita Ana se volvió su actividad favorita. Sofía aprendió que la escuela no era un lugar de miedos y soledad, sino un espacio lleno de oportunidades y amistad.

Al final del día, corrió hacia su mamá con una sonrisa radiante y le dijo: "Mamá, la escuela es el lugar más increíble. No puedo esperar a volver mañana y contarle a Martín sobre mi aventura en el parque con vos".

Mamá la abrazó con ternura y supo que su pequeña Sofía estaba lista para enfrentar cualquier desafío que la vida le presentara, sabiendo que siempre tendría su valentía y amigos para apoyarla.

Y así, Sofía continuó descubriendo el maravilloso mundo de la escuela, con la seguridad de que nunca estaría sola.

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