Sofía y el monstruo de la amistad
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegre, una niña llamada Sofía que siempre había sido muy amable y amorosa con todos.
Un día, mientras jugaba en el bosque cercano a su casa, se encontró con un monstruo asustadizo llamado Morry. Morry era un monstruo grande y animal, con dientes afilados y garras enormes, pero a pesar de su aspecto temible, Sofía pudo ver en sus ojos que en realidad estaba muy triste y solo.
Ella decidió acercarse con valentía y preguntarle qué le pasaba. "Hola, soy Sofía. ¿Por qué pareces tan triste?", preguntó la niña con ternura.
El monstruo Miró sorprendido a la niña y respondió con voz temblorosa: "Soy Morry, el monstruo del bosque. Todos me tienen miedo por mi apariencia espantosa y nunca he tenido amigos". Sofía sintió mucha compasión por Morry y decidió ayudarlo.
Le propuso enseñarle cómo comportarse para no asustar a la gente del pueblo y así poder hacer amigos. Al principio Morry dudaba de poder cambiar, pero viendo la determinación de Sofía aceptó su ayuda.
Durante semanas, Sofía dedicó tiempo a enseñarle a Morry buenos modales, como saludar amablemente, hablar bajito para no asustar y compartir sus cosas. Poco a poco, el monstruo fue cambiando su forma de actuar y la gente empezó a notarlo. Un día, mientras paseaban juntos por el parque del pueblo, vieron a un grupo de niños jugando felices.
Morry sintió ganas de acercarse pero se detuvo inseguro recordando todas las veces que había provocado miedo sin querer. "Tranquilo Morry", dijo Sofía tranquilizándolo. "Confío en ti".
Con valentía, Morry se acercó al grupo de niños e intentó entablar conversación. Para sorpresa de todos, los niños no gritaron ni corrieron asustados; al contrario, lo escucharon atentamente mientras les contaba chistes divertidos con su voz profunda.
Los niños pronto descubrieron que detrás de esa apariencia extraña se escondía un corazón amable y generoso. Desde ese día, Morry se convirtió en el amigo más querido del pueblo; los niños ya no lo veían como un monstruo sino como un compañero divertido con quien jugar y reír.
La historia de Sofía y Morry se volvió famosa en Villa Alegre como ejemplo de cómo la verdadera amistad va más allá de las apariencias.
Gracias al amor incondicional de una niña valiente, un monstruo solitario encontró finalmente su lugar entre los amigos más increíbles que podría desear. Y colorín colorado este cuento lleno de magia y bondad ha terminado ¡Qué vivan los amigos!
FIN.