Sofía y el perdón en las vías del tren
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una niña llamada Sofía. Sofía era muy alegre y siempre estaba rodeada de amigos con los que jugaba y se divertía todos los días.
Un día, mientras caminaban por las vías del tren, uno de sus amigos tuvo la idea de desafiarla a cruzarlas antes de que pasara el tren. Aunque al principio Sofía dudó, finalmente aceptó el desafío.
Cuando el tren se acercaba velozmente, Sofía intentó cruzar las vías pero tropezó y cayó justo en el momento en que el tren pasaba. Por suerte, Sofía logró salvarse milagrosamente sin sufrir ningún daño grave.
Sin embargo, quedó tan asustada y herida emocionalmente por la imprudencia de sus amigos que decidió alejarse de ellos y refugiarse en soledad. Pasaron los meses y Sofía se convirtió en una niña solitaria y misteriosa.
Un día, mientras exploraba un viejo galpón abandonado cerca de las vías del tren, encontró una antigua guadaña oxidada. Al sostenerla entre sus manos, sintió un impulso extraño y oscuro crecer dentro de ella. Decidida a tomar venganza contra aquellos amigos que habían puesto su vida en peligro, Sofía ideó un plan macabro.
Con paso firme y decidido, se dirigió hacia la casa de cada uno de sus antiguos compañeros para enfrentarlos con la guadaña en mano.
Al llegar frente a cada amigo, sacaba la guadaña lentamente mientras decía con voz firme:"Hace tiempo me empujaron al abismo del miedo y la traición. Ahora es mi turno de mostrarles lo que siento. "Los amigos asustados pedían perdón a gritos mientras recordaban aquella tarde fatídica en las vías del tren.
Uno a uno fueron testigos del poder transformador que había despertado en Sofía tras aquel terrible incidente. Sin embargo, cuando llegó el turno del amigo más cercano a ella, algo cambió dentro de Sofía.
Al mirarlo a los ojos pudo ver el arrepentimiento sincero reflejado en ellos. En ese momento entendió que la verdadera fuerza no residía en la venganza sino en el perdón.
Con lágrimas en los ojos dejó caer la guadaña al suelo y abrazó a su amigo diciendo:"Acepto tus disculpas sinceramente. Hoy aprendí que perdonar es liberarnos del peso del rencor. "Desde ese día, Sofia volvió a ser la niña risueña y llena de vida que solía ser antes del accidente.
Comprendió que todos cometemos errores pero lo importante es aprender de ellos para seguir adelante con valentía y comprensión hacia los demás.
Y así fue como Villa Esperanza volvió a brillar con luz propia gracias al ejemplo inspirador de Sofia sobre cómo convertir el dolor en amor y encontrar paz interior incluso después de haber sido empujados al abismo más profundo.
FIN.