Sofía y el Perrito Sabio
Sofía era una niña curiosa que asistía a la Unidad Educativa Cristal A, una escuela donde el aprendizaje era tan brillante como el nombre de su institución. Todos los días, cuando llegaba a la escuela, tenía una misión: descubrir algo nuevo sobre el mundo que la rodeaba y, especialmente, sobre los animales que vivían en su vecindario.
Un día, mientras paseaba por el parque después de clases, Sofía se encontró con un pequeño perrito de pelaje dorado.
"Hola, pequeño amigo, ¿te has perdido?" - le preguntó Sofía, agachándose para acariciarlo.
"No estoy perdido, Sofía. Soy el Perrito Sabio y estoy aquí para ayudarte a conocer más sobre el ciclo vital de los animales y cómo cuidar nuestro medio ambiente" - respondió el perrito, para sorpresa de Sofía.
Sofía no podía creer lo que oía. Un perrito que hablaba y que estaba dispuesto a enseñarle todo sobre la naturaleza.
"¿De verdad puedes hablar?" - preguntó Sofía, con los ojos bien abiertos.
"Sí, pero solo con aquellos que tienen un gran corazón y están dispuestos a aprender. Ven, sígueme y verás." - dijo el Perrito Sabio, moviendo su cola con alegría.
Intrigada, Sofía siguió al Perrito Sabio a un rincón del parque, donde encontró un jardín lleno de flores, mariposas y hasta una familia de patitos.
"Mirá, Sofía, este es un lugar donde la naturaleza florece" - explicó el Perrito. "Aquí podemos ver el ciclo vital de las plantas y los animales en acción. ¿Sabías que cada ser vivo tiene su propio ciclo?"
"No, no lo sabía. ¿Puedes contarme más?" - pidió Sofía, emocionada.
El Perrito Sabio comenzó a mostrarle cómo las semillas se convierten en plantas, cómo las mariposas pasan de ser orugas a hermosas criaturas aladas, y cómo cada animal tiene su momento en la vida.
"Cada parte de la naturaleza tiene un propósito, Sofía. Y es fundamental que aprendamos a cuidarla" - dijo el Perrito, señalando las flores. "Si cortamos flores sin razón, podemos dañar su ciclo vital. Además, si no cuidamos el agua, los animales y las plantas no podrán vivir".
Sofía miró a su alrededor y vio que algunas personas habían dejado basura en el suelo.
"Eso es muy triste, el parque debería estar limpio y ser un hogar para todos los animales" - dijo Sofía con preocupación.
"Exactamente. Por eso es importante que cada uno de nosotros haga su parte para proteger el medio ambiente. ¿Por qué no recogemos la basura, Sofía?" - propuso el Perrito.
Sin dudar, Sofía comenzó a juntar la basura y el Perrito la ayudó. Cuanto más recogían, más animada se volvía.
"Mirá, esto es todo lo que encontramos. ¡Podemos llevarlo a un lugar donde lo reciclen!" - exclamó con alegría.
"¡Eso es! Cada pequeño gesto cuenta" - dijo el Perrito Sabio, moviendo la cola satisfecho.
Después de limpiar el parque, Sofía y el Perrito se sentaron a descansar en un banco.
"Hoy aprendí mucho. Quiero contarles a mis compañeros en la escuela sobre el ciclo vital y la importancia de cuidar nuestro entorno" - dijo Sofía, con entusiasmo.
"Esa es una excelente idea, Sofía. ¡Al compartir lo que aprendiste, inspirarás a otros a hacer lo mismo!" - respondió el Perrito, orgulloso de su amiga.
Desde aquel día, Sofía se convirtió en la embajadora del medio ambiente en la Unidad Educativa Cristal A. Empezó a organizar charlas, limpiezas en el parque y plantaciones de árboles con sus compañeros.
El Perrito Sabio siempre estaba a su lado, guiándole y contándole más historias sobre la naturaleza. Con el tiempo, otros niños se unieron, y juntos lograron transformar su escuela y el parque en un lugar aún más hermoso, donde cada ser vivo podía prosperar.
Sofía aprendió que cuidar el medio ambiente es como cuidar de un perrito: necesitan amor, atención y respeto para crecer sanos y felices.
FIN.