Sofía y el secreto de la salud escolar



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, donde vivía Sofía, una niña muy curiosa y alegre que siempre estaba dispuesta a aprender cosas nuevas.

Sofía iba a la escuela todos los días con mucha ilusión, pero un día algo inesperado sucedió. Un martes por la mañana, cuando el reloj marcaba las 7: 30 am, Sofía se despertó con un fuerte dolor de estómago. Se levantó de la cama y fue corriendo al baño.

Su mamá, preocupada, le tomó la temperatura y vio que tenía fiebre. Entonces decidió llevarla al médico. "¿Qué te pasa, Sofi? ¿Te duele mucho?" -preguntó su mamá mientras la abrigaba con una manta.

"Sí mamá, me duele mucho la pancita. No creo que pueda ir al colegio hoy", respondió Sofía con tristeza en sus ojos. Su mamá entendió perfectamente y llamó al colegio para avisar que Sofía no podría asistir ese día debido a una cita médica urgente.

Llegaron al consultorio del doctor Martín, un médico muy amable que siempre tenía una sonrisa en el rostro. Después de revisar a Sofía detenidamente, le recetó unos medicamentos y le dijo:"Tranquila Sofi, pronto te sentirás mejor.

Es importante cuidarte y descansar para recuperarte pronto". Sofía asintió con la cabeza y agradeció al doctor antes de irse a casa junto a su mamá. Los días pasaron y Sofía seguía sin poder regresar al colegio debido a su malestar.

Estaba triste por perderse las clases y jugar con sus amigos en el recreo. Pero su mamá le recordaba constantemente lo importante que era cuidar de su salud para poder volver más fuerte que nunca.

Una semana después, cuando ya se sentía mucho mejor, llegó el momento tan esperado: ¡Sofía volvía al colegio! Estaba emocionada por reencontrarse con sus compañeros y contarles todo lo ocurrido durante su ausencia.

Al llegar al colegio, todos sus amigos fueron corriendo hacia ella con alegría. Le preguntaron cómo se sentía y qué tal había sido su visita al médico. Sofía les contó todo con detalle y les enseñó los dibujos que había hecho durante esos días en casa.

Desde ese día, Sofía aprendió la importancia de cuidar de sí misma y escuchar las señales de su cuerpo cuando algo no estaba bien. Comprendió que a veces es necesario parar un poco para luego continuar con más fuerza.

Y así, entre risas y juegos en el patio del colegio, Sofia valoraba cada momento como una oportunidad para crecer no solo académicamente sino también personalmente.

FIN.

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