Sofía y el secreto de la sonrisa brillante



Sofía era una niña muy valiente. Le encantaba subirse a los árboles, jugar al fútbol con sus amigos y explorar nuevos lugares.

Pero había algo que la ponía nerviosa y le hacía temblar las piernas: ¡ir al dentista! Cada vez que su mamá le recordaba que tenía una cita con el odontólogo, Sofía sentía un nudo en el estómago y se imaginaba mil cosas terribles.

Una mañana soleada, mientras desayunaban en familia, la mamá de Sofía anunció: "Hoy es el día de tu visita al dentista, Sofi". La niña dejó caer su cuchara en el tazón de cereales y miró a su madre con ojos asustados.

"¡Pero mami, me da mucho miedo!" -dijo con voz temblorosa. La mamá de Sofía se sentó a su lado y le acarició el cabello con ternura. "Sé que te da miedo, mi amor.

Pero recuerda que es importante cuidar nuestros dientes para tener una sonrisa sana y bonita". Sofía asintió lentamente, aunque seguía sintiendo ese escalofrío en la espalda. Después del desayuno, se pusieron en camino hacia la clínica dental.

Por el camino, pasaron por un parque donde vieron un cartel que decía: "La prevención es clave para tener unos dientes fuertes". Sofía leyó esas palabras en voz alta y su mamá sonrió orgullosa. Al llegar a la clínica, fueron recibidas por la Dra.

Martina, una dentista amable con una bata blanca llena de dibujos coloridos. "Hola Sofía", dijo la doctora con una sonrisa cálida. "¿Estás lista para cuidar tus dientes hoy?". Sofía tragó saliva nerviosamente pero decidió ser valiente como siempre lo era en otras situaciones difíciles.

Asintió con determinación y se dejó llevar por la Dra. Martina hasta el consultorio. "¿Has cepillado tus dientes esta mañana?", preguntó la doctora mientras preparaba sus herramientas. "Sí", respondió Sofía tímidamente.

"¡Muy bien! Eso demuestra que te preocupas por tu salud bucal", dijo la Dra. Martina animándola. Durante la revisión dental, Sofía cerró los ojos con fuerza y apretó las manos contra el sillón.

Pero para su sorpresa, no sintió ningún dolor ni molestia gracias a las manos expertas de la doctora. Al terminar, la Dra. Martina le mostró a través de un espejo cómo lucían sus dientes limpios y relucientes.

"¡Wow!", exclamó Sofía maravillada por lo bonitos que se veían sus dientes después de todo. "Verás Sofi," explicaba mientras mostraba imágenes educativas sobre higiene bucal "-cepillarse tres veces al día ayuda a prevenir caries y enfermedades bucodentales". "Gracias Dra.,

ahora sé lo importante que es cuidar mis dientes", respondió Sofia decidida a seguir buenos hábitos desde ese momento.

Con una sonrisa radiante salieron del consultorio llenas de alegrías; desde entonces ir al dentista ya no era algo tan terrible para Sofia porque entendió lo vital e importante del cuidado dentalDesde aquel día, cada vez que recordaba su visita al dentista, Sonreia recordando aquella experiencia positiva

FIN.

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