Sofía y el sueño animal
Llamaron a la niña Sofía y desde muy pequeñita demostró ser una niña llena de energía y curiosidad. Siempre estaba explorando su entorno, preguntándose por qué las cosas eran como eran y buscando respuestas a todas sus dudas.
Un día, cuando Sofía tenía cuatro años, se encontraba en el parque jugando con su pelota favorita. De repente, un viento fuerte sopló y llevó la pelota directo hacia un árbol alto.
Sofía corrió tras ella, pero no pudo alcanzarla. - ¡Ay, mi pelota! - exclamó Sofía con tristeza. En ese momento apareció Lucas, un niño que vivía cerca del parque. Era muy amigable y siempre ayudaba a los demás.
- ¿Qué te pasó? - preguntó Lucas al ver a Sofía triste. - Mi pelota voló hasta el árbol y no puedo alcanzarla - respondió Sofía señalando hacia arriba. Lucas miró el árbol y pensó en una idea para ayudar a su nueva amiga.
- Espera aquí un momento - dijo Lucas mientras corría hacia su casa. Pocos minutos después, Lucas regresó con una escalera larga. La apoyaron contra el árbol y subieron juntos para recuperar la pelota de Sofía.
Una vez que tuvieron la pelota en sus manos, bajaron emocionados. Sofía le dio las gracias a Lucas por su ayuda tan valiosa. Desde ese día se hicieron inseparables amigos.
Juntos exploraban el mundo que los rodeaba: visitaban museos, iban al zoológico e investigaban sobre los animales y las plantas. Un día, mientras estaban en el zoológico, Sofía vio a un grupo de niños cuidando y alimentando a los animales. Se acercó curiosa y les preguntó si podía ayudar.
- ¡Claro! - respondieron los niños entusiasmados. Sofía se puso manos a la obra, aprendiendo cómo cuidar adecuadamente a cada animal. Desde ese día, decidió que cuando fuera grande sería veterinaria para poder ayudar a todos los animales enfermos o en peligro.
A medida que Sofía crecía, su amor por la naturaleza y los animales se hacía más fuerte. Estudiaba mucho en la escuela para aprender todo lo posible sobre ellos.
Además, siempre buscaba maneras de proteger al medio ambiente y enseñaba a otros niños sobre la importancia de cuidar nuestro planeta. Cuando Sofía cumplió diez años, sus padres organizaron una fiesta sorpresa para celebrarlo. Todos sus amigos y familiares estaban presentes, incluido Lucas.
- Feliz cumpleaños Sofi - dijo Lucas emocionado-. Estoy muy orgulloso de ti por todo lo que has logrado hasta ahora. Sofía sonrió con gratitud hacia su amigo y sopló las velas de su torta rodeada del amor de todos sus seres queridos.
Desde aquel día en el parque hasta ahora, Sofía nunca dejó de soñar ni de luchar por hacer del mundo un lugar mejor.
Siguió estudiando veterinaria e incluso fundó una organización sin fines de lucro para proteger a los animales en peligro de extinción. La historia de Sofía nos enseña que con amor, amistad y perseverancia podemos lograr grandes cosas.
Cada uno de nosotros tiene un propósito en la vida y es importante seguir nuestros sueños, sin importar los obstáculos que se nos presenten. Y así, mientras el sol se ponía sobre el horizonte, Sofía seguía luchando por un mundo más justo y equitativo para todos los seres vivos.
FIN.