Sofía y el T-Rex en la era prehistórica


Había una vez una niña llamada Sofía que amaba los dinosaurios. Un día, mientras exploraba el bosque cercano a su casa, encontró un misterioso portal y decidió entrar.

Cuando llegó al otro lado, se sorprendió al encontrarse en la era de los dinosaurios. Sofía estaba emocionada por estar rodeada de estos increíbles animales prehistóricos y comenzó a explorar. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que estaba sola y asustada en un mundo desconocido.

Mientras buscaba refugio, escuchó un rugido fuerte detrás de ella. Se volvió para ver a un enorme T-Rex acercándose. En lugar de correr en pánico como cualquier otra persona lo haría, Sofía decidió enfrentarlo con valentía.

El T-Rex se detuvo frente a ella y la miró fijamente con sus grandes ojos amarillos. Sorprendentemente, no intentó atacarla sino que simplemente la observaba curioso. "Hola amigo" dijo Sofía tímidamente.

El T-Rex inclinó la cabeza hacia ella como si estuviera respondiendo a su saludo. "¿Quieres ser mi amigo?" preguntó Sofía extendiendo su mano para tocarlo. Para su sorpresa el t-rex permitió que lo tocara sin hacerle daño alguno. A partir de ese momento, Sofía y el T-Rex se convirtieron en amigos inseparables.

Juntos recorrían el mundo prehistórico aprendiendo cosas nuevas sobre las diferentes especies de dinosaurios y disfrutando cada día juntos. Sin embargo, pronto descubrieron que no todos los dinosaurios eran amigables.

Un día, mientras exploraban la selva, se encontraron con un grupo de velociraptores que los rodearon amenazantes. "¡Corre Sofía!" gritó el T-Rex mientras luchaba contra ellos para proteger a su amiga. Sofía corrió lo más rápido que pudo y finalmente logró escapar.

Sin embargo, estaba preocupada por su amigo y decidió regresar para ayudarlo. Cuando llegó al lugar donde habían estado antes, encontró al T-Rex malherido en el suelo rodeado de velociraptores.

Con valentía, ella saltó sobre una roca y comenzó a gritar y hacer ruidos fuertes para distraerlos. Los velociraptores se volvieron hacia ella dejando desprotegido al T-Rex quien aprovechó la oportunidad para levantarse y luchar nuevamente. Finalmente lograron vencer a los velociraptores juntos.

"Gracias por salvarme Sofía" dijo el t-rex con una sonrisa en sus labios. "Es lo menos que podía hacer por mi mejor amigo" respondió Sofía abrazándolo.

A partir de ese día, aprendieron que no importaba cuán diferentes fueran las personas o los dinosaurios sino lo importante era estar ahí uno para otro cuando se necesitaban. Finalmente llegó el momento en que Sofía tuvo que volver a casa pero nunca olvidaría sus aventuras junto a su amigo T-Rex en la era prehistórica.

Desde entonces siempre recordaría lo importante de tener amigos verdaderos incluso si son muy diferentes entre sí.

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