Sofía y el viaje estelar
Había una vez en un pequeño pueblo rodeado de frondosos bosques, una joven llamada Sofía. Desde muy chica, Sofía soñaba con viajar a Canadá y explorar nuevas tierras llenas de aventuras.
A pesar de vivir en un lugar alejado, su corazón anhelaba volar alto como las estrellas que tanto admiraba en las noches despejadas. Sofía tenía un amor especial por el planeta Júpiter.
Le fascinaba su grandeza y misterio, y soñaba con algún día poder contemplarlo desde cerca. Su amiga Maia siempre la acompañaba en sus observaciones astronómicas y juntas pasaban horas hablando sobre el universo y sus secretos. Maia era la mejor amiga de Sofía.
Se conocían desde que eran pequeñas y compartían todo: risas, secretos e incluso tristezas. Maia siempre estaba allí para apoyar a Sofía en cada uno de sus sueños, incluido el más grande de todos: viajar a Canadá. La madre de Sofía era su mayor confidente y aliada.
Siempre alentaba a su hija a perseguir sus metas y le recordaba lo valiente y capaz que era. Aunque vivían modestamente en el bosque, el amor incondicional de su madre llenaba el hogar de calidez y seguridad.
Sofía también tenía otra pasión aparte del universo: el voleibol. Aunque no era la mejor jugadora del equipo local, ponía todo su esfuerzo en cada entrenamiento para mejorar sus voleos.
Zack era uno de los chicos más populares del equipo masculino y Sofía sentía algo especial por él, aunque no sabía cómo expresarlo.
Un día, mientras practicaban juntos en la cancha después del colegio, Zack le confesó a Sofía que se mudaría a otra ciudad junto a su familia al finalizar el mes. Esto dejó a Sofía sumida en un mar de emociones encontradas: tristeza por la partida de Zack pero también determinación por seguir adelante con sus sueños.
"Lo siento mucho por irme, Sofi", dijo Zack mirando fijamente los ojos azules de ella. "Yo también lo siento mucho... Pero entiendo que debes hacerlo", respondió ella con voz entrecortada. "No quiero que te olvides nunca de mí", agregó Zack con sinceridad. "Nunca te olvidaré...
Prometo seguir adelante con mis sueños", afirmó Sofía decidida.
Con el apoyo incondicional de Maia, quien siempre estaba allí para levantarle el ánimo cuando lo necesitaba; la fortaleza interior que le transmitió su madre; y la determinación renovada tras despedirse de Zack; Sofía decidió dar un paso hacia adelante para cumplir su gran anhelo: viajar a Canadá.
Decidió enfocarse aún más en mejorar sus habilidades en voleibol para competir a nivel nacional e intentar conseguir una beca deportiva que le permitiera estudiar en Canadá. Con esfuerzo y dedicación logró perfeccionar sus voleos hasta convertirse en una pieza clave del equipo local.
El día llegó finalmente: durante un torneo nacional donde demostró todo su talento frente a cazatalentos internacionales presentes entre las gradas; recibió la noticia tan esperada: ¡habían seleccionado a Sofía para recibir una beca completa para estudiar voleibol en Canadá! Las lágrimas brotaron sin control en los ojos brillantes de emoción de Sofía mientras abrazaba emocionada a Maia y luego corrió hacia los brazos orgullosos de su madre.
Aquel sueño tan anhelado se había convertido finalmente en realidad gracias al esfuerzo constante, al apoyo incondicional de quienes la rodeaban y a su firme determinación por alcanzar las estrellas como Júpiter lo hacía cada noche.
Y así fue como esa joven valiente llamada Sofía partió rumbo hacia nuevos horizontes llenos de promesas e infinitas posibilidades, llevando consigo no solo sus maletas repletas de ilusiones sino también el amor eterno por aquellos quienes siempre creyeron en ella sin importar cuán lejos estuvieran físicamente porque sabían que nunca dejarían estar presentes dentro del corazón luminoso como las estrellas brillantes bajo cielos claros nocturnales.
FIN.