Sofía y la cotorra mágica



Había una vez, en un pequeño pueblo costero de Argentina, una niña llamada Sofía. Sofía era muy curiosa y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras paseaba por la playa, escuchó un ruido extraño proveniente de una cueva cercana. Intrigada, decidió acercarse a investigar y descubrió que el ruido provenía de una cotorra atrapada entre las rocas. Sin dudarlo, Sofía corrió en busca de ayuda y se encontró con su perro Rocky.

"¡Rocky! ¡Tenemos que salvar a la cotorra!", exclamó Sofía emocionada. Sin perder tiempo, los dos corrieron hacia la cueva para rescatar al pequeño animalito.

Pero cuando llegaron allí, se llevaron una gran sorpresa: la cotorra estaba siendo vigilada por una bruja malvada llamada Morgana. Morgana tenía el poder de convertirse en animales marinos y justo en ese momento había tomado forma de sirena para proteger a la cotorra. La niña y su perro no sabían cómo enfrentarse a ella.

"¿Qué haremos ahora?", preguntó Sofía preocupada. Justo en ese momento, la cotorra comenzó a hablar:"No teman amigos míos, tengo un plan", dijo el pájaro con voz dulce pero decidida.

La cotorra explicó que Morgana solo podía mantener su forma durante unos minutos antes de volver a ser bruja nuevamente. Por lo tanto, si lograban distraerla el tiempo suficiente, podrían liberarlo sin problemas.

Sofía tuvo entonces una idea brillante:"Rocky, tú ladrarás y correrás en dirección contraria para llamar la atención de Morgana. Mientras tanto, cotorra, tú volarás a la cueva y te liberaré", explicó Sofía emocionada. Los tres se pusieron en marcha rápidamente. Rocky empezó a ladrar y correr por la playa, llamando la atención de Morgana.

La bruja se distrajo persiguiendo al perro mientras Sofía aprovechaba para liberar a la cotorra. Justo cuando Morgana estaba por atrapar a Rocky, éste se metió en el agua y nadó hacia una pequeña isla cercana.

Al ver esto, Morgana decidió dejar de perseguirlo y regresó convertida nuevamente en bruja. Sofía logró liberar a la cotorra y juntos volaron hasta donde estaba Rocky esperándolos. Los tres amigos celebraron su victoria con alegría. "¡Lo logramos!", exclamaron todos al unísono.

Agradecidos por haber sido salvados, tanto el perro como la cotorra decidieron quedarse junto a Sofía para siempre. Desde ese día, los cuatro amigos vivieron muchas aventuras juntos explorando el maravilloso mundo que los rodeaba.

Y así fue como Sofía descubrió que no importa cuán difícil parezca una situación, siempre hay una solución si trabajas en equipo y utilizas tu ingenio.

A partir de ese momento, ella aprendió que no hay límites para la imaginación ni obstáculos imposibles de superar cuando tienes buenos amigos a tu lado.

FIN.

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