Sofía y la feria de los derechos humanos
En un pequeño pueblo llamado Esperanza, vivía una niña llamada Sofía. Sofía era muy curiosa y siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás.
Un día, mientras paseaba por la plaza del pueblo, escuchó a unos adultos hablar sobre los derechos humanos. Sofía no sabía de qué se trataba eso de los derechos humanos, así que decidió preguntarle a su abuelita Lola, quien era muy sabia y siempre tenía respuestas para todo.
"Abuelita Lola, ¿qué son los derechos humanos?", preguntó Sofía con curiosidad. Lola sonrió y le explicó que los derechos humanos eran como reglas importantes que debían cumplirse para que todas las personas fueran tratadas con respeto y dignidad.
Le contó sobre el derecho a la educación, el derecho a la salud, el derecho al trabajo y muchos otros derechos fundamentales. "¡Qué interesante!", exclamó Sofía. "¿Y todos en el mundo tienen estos derechos?".
Lola le explicó que desafortunadamente no todas las personas podían disfrutar de sus derechos humanos debido a diferentes problemas en el mundo. Esto entristeció mucho a Sofía, pero también la motivó a querer hacer algo al respecto.
Decidió entonces hablar con sus amigos del pueblo para organizar una feria solidaria en la plaza para recaudar fondos y ayudar a aquellas personas que no tenían acceso a sus derechos fundamentales. La feria fue un éxito total. Había juegos, comida deliciosa y música para divertirse.
Todos en el pueblo colaboraron con donaciones y comprando en los puestos solidarios. Al final del día, habían recaudado mucho dinero para ayudar a construir escuelas en lugares donde no las había o llevar alimentos a quienes más lo necesitaban.
Sofía se sentía feliz de haber podido contribuir de alguna manera y entender mejor la importancia de los derechos humanos.
Comprendió que todos podemos hacer algo para mejorar la vida de quienes nos rodean y garantizar que se respeten esos derechos tan importantes para todos. Desde ese día, cada año en Esperanza se organizaba la feria solidaria en honor al compromiso de Sofía por los derechos humanos.
Y ella seguía siendo un ejemplo para todos los niños del pueblo, demostrando que nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para luchar por un mundo más justo y equitativo donde se respeten los derechos de todos.
FIN.