Sofía y la guardiana de la naturaleza


Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en un pequeño pueblo rodeado de campos verdes y montañas majestuosas. A Sofía le encantaba pasear por el campo y descubrir todos los secretos que la naturaleza guardaba para ella.

Un día, mientras caminaba por el campo, algo brillante captó su atención. Se acercó con curiosidad y descubrió una flor diferente a todas las demás que había visto antes.

Tenía pétalos de colores brillantes y formas caprichosas que parecían bailar con el viento. Sofía se quedó maravillada por la belleza de aquella flor y no pudo contenerse: "¡Qué hermosa eres!", exclamó emocionada.

En ese momento, la flor cobró vida y comenzó a hablar con una voz suave y melodiosa. "-Gracias, pequeña Sofía. Soy Florinda, la guardiana de la naturaleza. Me alegra que hayas apreciado mi belleza. "Sofía estaba asombrada.

Nunca había conocido a una flor parlante, ¡y mucho menos a la guardiana de la naturaleza! Florinda le explicó que cada ser vivo en el campo tenía un papel importante en el equilibrio del ecosistema, y que era responsabilidad de todos cuidar y respetar la naturaleza.

Desde ese día, Sofía visitaba a Florinda regularmente para aprender más sobre las plantas, los animales y cómo proteger el medio ambiente. Juntos trabajaban en pequeñas acciones como reciclar, plantar árboles o limpiar basura del campo.

Un día, mientras ayudaban a unas mariposas a encontrar néctar en las flores cercanas, escucharon un grito desesperado. Era un pájaro atrapado entre ramas espesas. Sin dudarlo, Sofía escaló el árbol con cuidado y liberó al pajarito.

El pájaro voló libre hacia el cielo azul mientras Florinda sonreía orgullosa: "-Has demostrado tener un gran corazón lleno de bondad y valentía, querida Sofía. "A partir de ese momento, Sofía se convirtió en la protectora del campo junto a Florinda.

Cuidaban juntas de las plantas y animales necesitados, enseñando a otros niños del pueblo sobre la importancia de respetar el medio ambiente.

Y así fue como gracias a su encuentro con Florinda, Sofía aprendió que cada ser vivo tiene un propósito especial en este mundo, y que cuidar nuestro hogar común es responsabilidad de todos.

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