Sofía y la importancia de ser auténtica

Había una vez, en un hermoso parque de la ciudad, un grupo de niñas que se reunían todos los días para jugar juntas.

Todas las niñas llevaban vestidos rosas, excepto una pequeña niña llamada Sofía, que prefería usar su vestido azul celeste. Un día, mientras jugaban a esconderse y buscar, la mamá de Sofía llegó al parque para llevarla a casa.

Pero cuando llegó al lugar donde estaban todas las niñas jugando, no pudo encontrar a su hija entre ellas porque no había ninguna con vestido celeste como el de Sofía.

La mamá empezó a preocuparse y preguntó: "¿Dónde está mi nena? ¿Alguna de ustedes la ha visto?"Las otras niñas le respondieron: "-No señora, no la hemos visto. "Pero entonces una de las chicas recordó haber visto a Sofía esconderse detrás de un arbusto hace unos minutos. La mamá corrió hacia allí y encontró a su hija sonriendo detrás del arbusto.

"-¡Aquí estoy mami! ¡Estaba esperándote!", dijo Sofía felizmente. La mamá abrazó fuerte a su hija y le preguntó por qué se había escondido detrás del arbusto.

Sofía le explicó que ella creyó que era más divertido jugar sola por un rato antes de irse a casa. La mamá entendió perfectamente lo que estaba pasando en la mente creativa e imaginativa de su hija y decidió no regañarla. En cambio, le dijo: "Sofía, eres muy especial porque tienes tu propio estilo único.

El hecho de que lleves un vestido celeste en lugar de uno rosa como todas las demás niñas, es lo que te hace destacar.

Siempre debes ser fiel a ti misma y no preocuparte por lo que los demás piensan o dicen". Sofía sonrió y abrazó a su mamá mientras las otras niñas se acercaban para unirse al abrazo colectivo. Desde ese día en adelante, Sofía nunca más se sintió avergonzada por llevar su vestido azul celeste.

De hecho, comenzó a sentirse orgullosa de ser diferente y única. Y sus amigas aprendieron una valiosa lección sobre la importancia de aceptar y respetar las diferencias entre las personas.

Así fue como el parque se convirtió en un lugar aún más especial donde todos eran bienvenidos tal como eran.