Sofía y la luz de Luna
En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza, una tarde de invierno, la carretera estaba cubierta de nieve y el viento soplaba con fuerza.
En medio del pánico por la tormenta, una niña llamada Sofía salió corriendo de su casa para rescatar a su perro negro, Luna, que se había escapado asustado por los truenos. Sofía caminaba nerviosa por la carretera cuando de repente vio algo brillante en la oscuridad. Era un ojo rojo que parecía seguir sus pasos.
Asustada, aceleró el paso y se detuvo al escuchar una voz susurrante que decía: "¿Dónde vas tan apurada, niña?"Sofía se dio vuelta lentamente y vio a un fantasma flotando frente a ella.
A pesar del miedo que sentía, decidió mantener la calma y le respondió: "-Estoy buscando a mi perro Luna. Se escapó y creo que está perdido en la tormenta. "El fantasma sonrió amablemente y le dijo: "-Tranquila, pequeña.
Te ayudaré a encontrar a tu mascota. " Juntos comenzaron a buscar entre los árboles cubiertos de nieve mientras el viento seguía soplando con fuerza. Después de un rato de búsqueda infructuosa, Luna apareció corriendo hacia ellos ladrando felizmente.
Sofía lo abrazó con alivio mientras el fantasma les observaba con ternura. "-¡Gracias por ayudarme! No sé cómo podría haber encontrado a Luna sin ti", dijo Sofía emocionada.
El fantasma sonrió nuevamente y le respondió: "-A veces las cosas más sorprendentes ocurren cuando menos lo esperamos. Nunca pierdas la esperanza y recuerda siempre mantener la calma en situaciones difíciles. "Con Luna seguro en brazos, Sofía regresó a casa acompañada del amigable fantasma que desapareció poco antes de llegar al pueblo.
Desde ese día, Sofía recordaría aquella tarde como una aventura inolvidable llena de enseñanzas sobre la importancia de no rendirse ante el miedo y siempre tener fe en las soluciones inesperadas que pueden cruzarse en nuestro camino.
Y así, entre risas y ladridos felices, Sofía comprendió que incluso en medio del pánico más intenso siempre habrá una luz capaz de guiarnos hacia la esperanza.
FIN.