Sofía y la luz en la oscuridad



En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza vivía una niña llamada Sofía. Sofía era valiente y curiosa, le encantaba explorar el bosque que rodeaba su casa y descubrir nuevos secretos en cada rincón.

Una tarde, mientras jugaba en su habitación, Sofía se acercó al espejo para peinarse y notó algo extraño. En la superficie brillante del espejo vio reflejada una figura oscura y aterradora que parecía querer llevársela a algún lugar desconocido.

Sofía sintió miedo, pero recordó las palabras de su abuela: "La valentía no es la ausencia de miedo, sino la fuerza para enfrentarlo". Con determinación, intentó escapar de aquella figura siniestra que la envolvía con sus brazos fríos.

"¡Déjame ir! ¡No quiero ir contigo!" -gritaba Sofía mientras forcejeaba por liberarse. Pero la figura parecía tener una fuerza sobrenatural y no la soltaba. Nadie en la casa podía escuchar los gritos desesperados de Sofía.

Entonces, con un cuchillo oscuro en mano, la figura cortó el rostro de Sofía dejándola sin identidad. Sofía se sintió perdida y confundida al ver cómo su rostro caía al suelo sin vida.

La figura siniestra sonrió malévolamente y lentamente Sofía comenzó a transformarse en una de ellos: seres sin rostro que vagaban por un mundo sombrío y sin esperanza. Pero justo cuando todo parecía perdido, un destello de luz apareció en lo más profundo de los ojos de Sofía.

Recordó las palabras sabias de su abuela sobre nunca perder la esperanza incluso en los momentos más oscuros. Con valentía y determinación, Sofía luchó contra aquellos seres sin rostro que intentaban reclamarla como uno más.

Usando su ingenio e imaginación logró encontrar una salida secreta del horrible mundo donde había caído. Al fin libre de aquel lugar tenebroso, regresó a su hogar con el corazón lleno de gratitud por haber encontrado el camino de vuelta a casa.

Desde ese día, decidió compartir su historia con otros niños para enseñarles sobre el valor de enfrentar sus miedos con coraje y nunca perder la esperanza ante las adversidades.

Y así fue como Sofía se convirtió en un ejemplo inspirador para todos los niños del pueblo, recordándoles que siempre hay luz al final del túnel si mantienen viva la llama de la esperanza dentro de sus corazones.

FIN.

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