Sofía y la magia de hacer felices
Había una vez una niña llamada Sofía, quien era conocida por su risa contagiosa y su amor por la aventura. Un día, mientras exploraba un antiguo castillo, subió por una escalera de caracol y llegó a una ventana escarlata.
Miró hacia afuera y vio un hermoso paisaje lleno de montañas, ríos y árboles. Sofía no podía contener su emoción y comenzó a reírse en voz alta.
De repente, escuchó una voz detrás de ella que dijo: "Hola pequeña, ¿por qué estás tan feliz?" Sofía se dio vuelta y vio a un anciano amable sentado en una silla cercana. "¡Hola! Estoy tan feliz porque este lugar es hermoso", respondió Sofía con entusiasmo.
El anciano sonrió y le preguntó si quería saber más sobre el castillo. Sofía asintió emocionada mientras se sentaba junto al anciano. "Este castillo solía ser el hogar de un gran mago llamado Merlin", comenzó el anciano.
"Él solía usar sus poderes para ayudar a las personas necesitadas. "Sofia estaba fascinada por la historia del mago Merlin y preguntó si todavía había magos como él en el mundo hoy en día. "No muchos", respondió el anciano con tristeza.
"Pero siempre hay personas como tú que tienen la capacidad de hacer felices a los demás". La respuesta del anciano hizo que Sofia pensara profundamente sobre cómo podría hacer felices a los demás también.
Decidió salir del castillo y explorar los alrededores para encontrar personas que necesitaran su ayuda. Mientras caminaba por el bosque, encontró a una familia de pájaros que estaban construyendo un nido. Sofía se acercó y comenzó a ayudarlos, recolectando ramitas y hojas para el nido.
"¡Gracias por tu ayuda!", Gorjeó la madre pájaro mientras Sofía sonreía con orgullo. Sofia continuó explorando el bosque y encontró a un grupo de niños jugando cerca del río. Se acercó y les preguntó si querían jugar juntos.
Los niños aceptaron con entusiasmo y pronto todos estaban saltando en los charcos del río y riéndose juntos. Al final del día, Sofia regresó al castillo donde encontró al anciano esperándola.
"¿Cómo te fue hoy?", preguntó el anciano con una sonrisa amable. "Fue increíble", respondió Sofia emocionada. "Ayudé a construir un nido para una familia de pájaros y jugué con algunos niños en el río".
El anciano asintió con satisfacción mientras le decía: "Verás pequeña, siempre hay oportunidades para hacer felices a los demás. Solo tienes que buscarlas". Desde ese día en adelante, Sofía se convirtió en una niña aún más aventurera pero también más consciente de las necesidades de los demás.
Siempre buscaba maneras de hacer feliz a alguien cada día y su risa contagiosa se hizo aún más fuerte cuando vio las sonrisas que podía causar en los demás.
FIN.