Sofía y la magia de lo pequeño



Había una vez una niña llamada Laura que tenía una muñeca preferida a la que llamaba Sofía. Sofía era su compañera inseparable, siempre jugaban juntas y compartían aventuras emocionantes.

Pero un día, mientras jugaban en el parque, ocurrió algo terrible: Sofía se cayó y se rompió en mil pedazos. Laura quedó devastada al ver a su querida muñeca rota. No podía contener las lágrimas y no sabía qué hacer para estar contenta de nuevo.

Sus padres intentaron consolarla, pero nada parecía funcionar. Un día, mientras caminaba por el parque con su tristeza a cuestas, Laura se encontró con un señor mayor que estaba alimentando a los pájaros.

El señor notó la tristeza en los ojos de Laura y decidió acercarse. "Hola, pequeña ¿Qué te pasa?"- preguntó el señor amablemente. Laura miró al señor con timidez y le explicó lo que había pasado con su muñeca Sofía.

El señor asintió comprensivamente y le dijo:"Entiendo cómo te sientes, perder algo importante es muy duro. Pero quizás haya algo más allá de tu muñeca que pueda hacerte feliz". Laura quedó perpleja ante las palabras del hombre mayor.

Nunca antes había pensado en buscar la felicidad fuera de su muñeca preferida. El hombre continuó hablando:"A veces, cuando perdemos algo especial para nosotros, nos cerramos tanto en nuestra tristeza que no vemos todas las cosas maravillosas que nos rodean".

Intrigada por sus palabras, Laura decidió prestar atención a lo que la rodeaba. Y así, comenzó a notar cosas que antes no veía: los colores vivos de las flores, el canto alegre de los pájaros y la risa contagiosa de otros niños jugando en el parque.

Poco a poco, Laura empezó a encontrar alegría en pequeñas cosas. Descubrió que le encantaba jugar con sus amigos en el tobogán y reírse hasta quedarse sin aliento.

También le gustaba leer cuentos emocionantes y dibujar hermosas obras de arte. Con cada nueva experiencia, Laura se daba cuenta de que había un mundo lleno de posibilidades esperándola más allá de su muñeca rota.

Aprendió que la felicidad no depende únicamente de las cosas materiales, sino también de cómo apreciamos y disfrutamos todo lo que nos rodea. Un día, mientras Laura estaba divirtiéndose con sus amigos en el parque, algo sorprendente ocurrió: Sofía volvió a aparecer frente a ella, completamente reparada. "¡Sofía!"- exclamó Laura emocionada.

La niña abrazó fuertemente a su querida muñeca y se dio cuenta de algo importante: aunque Sofía era especial para ella, ahora entendía que la verdadera felicidad no depende solo de tenerla o perderla.

Desde aquel día, Laura siguió cuidando y amando a su muñeca preferida pero también aprendió a valorar todas las cosas maravillosas que tenía en su vida. Descubrió que siempre habrá momentos difíciles pero también muchas razones para estar contenta cada día.

Y así fue como Laura encontró la felicidad más allá de su muñeca rota, aprendiendo a valorar cada momento y disfrutando de todas las cosas hermosas que el mundo tiene para ofrecer.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!