Sofía y la noche de rescate en el bosque



Había una vez una niña llamada Sofía, a quien le encantaba explorar el bosque cercano a su casa.

Un día, decidida a descubrir un lugar secreto que había escuchado mencionar a los vecinos, se adentró en el bosque justo cuando caía la noche. Sofía caminó y caminó entre los árboles, maravillada por la belleza de la naturaleza a esa hora del día. Pero pronto se dio cuenta de que ya no reconocía el camino de regreso a casa.

Comenzó a sentir miedo y sus pasos se volvieron más rápidos, pero solo lograban llevarla más adentro en la oscuridad del bosque. De repente, escuchó unos ruidos extraños entre los arbustos y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

Sin darse cuenta, tropezó con una raíz y cayó al suelo, rompiendo en llanto. En ese momento vio unas lucecitas brillantes acercándose hacia ella.

Eran dos agentes de policía, el oficial Ramírez y la oficial Martínez, quienes habían salido en busca de Sofía al enterarse de que estaba perdida en el bosque. Al verla allí sola y asustada, la ayudaron a levantarse y le ofrecieron agua y algo para comer. "Tranquila Sofía, estamos aquí para cuidarte.

¿Cómo te llamas? ¿Dónde vives?", preguntó amablemente el oficial Ramírez. Sofía les contó lo ocurrido y los agentes decidieron acompañarla de regreso a casa.

Mientras caminaban juntos bajo la luz de las linternas, Sofía les contaba sobre sus aventuras en el bosque y cómo se había perdido tratando de encontrar un lugar secreto.

"Es importante recordar siempre quedarse cerca de casa cuando exploramos lugares nuevos, especialmente si es tarde o está oscureciendo", explicaba la oficial Martínez mientras señalaba algunos puntos conocidos del camino. Finalmente llegaron sano y salvo hasta la puerta de la casa de Sofía, donde sus padres angustiados esperaban junto con otros vecinos. Todos respiraron aliviados al verla llegar acompañada por los agentes de policía.

"Gracias por encontrarme", dijo Sofía con timidez mientras abrazaba a los oficiales. "Recuerda siempre mantenernos informados cuando salgas a jugar afuera", le recordó su mamá entre lágrimas mientras abrazaba fuertemente a su hija.

Desde ese día, Sofía aprendió la importancia de ser precavida cuando exploraba lugares desconocidos y nunca más volvió a perderse en el bosque. Siempre recordaría con gratitud cómo dos valientes agentes de policía llegaron justo a tiempo para rescatarla en medio de la oscuridad del bosque.

FIN.

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