Sofía y la redención del ciberacoso



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Alegría, una niña llamada Sofía que siempre se destacaba por ser amable, generosa y solidaria con todos a su alrededor.

Sin embargo, detrás de esa fachada de bondad, Sofía ocultaba un secreto oscuro. Por las noches, cuando todos dormían, Sofía se sentaba frente a su computadora y creaba perfiles falsos en redes sociales para escribir comentarios ofensivos en las publicaciones de sus compañeros de escuela.

Utilizaba un lenguaje hiriente y cruel que lastimaba los corazones de quienes lo recibían. Nadie podía entender por qué alguien tan dulce como Sofía podía comportarse de esa manera en línea.

Un día, la maestra del colegio anunció que estaban organizando un concurso de talentos para recaudar fondos para una causa benéfica. Todos los niños estaban emocionados y comenzaron a preparar sus actos especiales para el gran evento. Sofía decidió participar cantando una hermosa canción que había compuesto ella misma.

El día del concurso llegó y el auditorio estaba lleno de padres orgullosos y compañeros entusiasmados. Uno a uno, los niños subieron al escenario a mostrar sus talentos.

Cuando llegó el turno de Sofía, todos se sorprendieron al escuchar su voz angelical llenando la sala con melodías encantadoras. Al finalizar su presentación, el público estalló en aplausos y vivas.

Sin embargo, justo en ese momento, la pantalla gigante detrás del escenario mostró los comentarios ofensivos que Sofía había escrito en línea. Los rostros de sorpresa y decepción inundaron la audiencia mientras todos miraban a Sofía con incredulidad. Sofía bajó avergonzada del escenario y corrió hacia su casa sintiéndose culpable por sus acciones pasadas.

Se encerró en su habitación llorando arrepentida por haber lastimado a sus compañeros sin razón alguna. Al día siguiente, cuando regresó al colegio, esperaba ser rechazada y juzgada por todos.

Sin embargo, para su sorpresa, encontró notas pegadas en su casillero con mensajes de perdón y apoyo de parte de sus compañeros. Incluso aquellos a quienes había lastimado con sus comentarios ofensivos le ofrecieron palabras amables y muestras de afecto sincero.

Sofía comprendió entonces el verdadero valor del arrepentimiento y la redención. Aprendió que las acciones tienen consecuencias y que es importante ser honesto consigo mismo y con los demás en todo momento.

Desde ese día en adelante, Sofía se convirtió en defensora contra el ciberacoso e inspiró a otros a usar internet como una herramienta positiva para construir relaciones saludables y empáticas. Y colorín colorado este cuento ha terminado, pero recuerda: siempre es mejor brillar con luz propia que intentar opacar la luz de los demás.

FIN.

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