Sofía y la tortuga marina salvadora


Había una vez una niña llamada Sofía, a quien le encantaba viajar. Un día, su familia decidió hacer un viaje en avión a la playa.

Estaban emocionados por pasar unos días disfrutando del sol, la arena y el mar. El día del viaje, cuando estaban en el avión, de repente comenzó a llover muy fuerte. Sofía miraba por la ventana con preocupación mientras las gotas golpeaban contra el vidrio.

"¿Papá, mamá, por qué está lloviendo tanto? ¿Arruinará nuestro viaje a la playa?", preguntó Sofía con tristeza en su voz. "Tranquila Sofi, solo es un poco de lluvia. Pronto pasará y podremos disfrutar del sol", respondió su papá tratando de calmarla.

Después de un rato, el avión finalmente despegó y comenzaron su viaje hacia la playa. A medida que iban volando, la lluvia fue disminuyendo y pronto pudieron ver los rayos del sol asomándose entre las nubes.

"¡Miren! ¡Ya se está despejando el cielo! ¡Vamos a tener un hermoso día en la playa!", exclamó Sofía emocionada. Finalmente llegaron a su destino y se instalaron en un hermoso hotel frente al mar.

Sofía corrió directamente a la playa y sintió la cálida arena bajo sus pies y escuchó las olas rompiendo suavemente en la orilla. "¡Qué hermoso es este lugar! ¡Gracias por traerme aquí!", dijo Sofía abrazando a sus padres con una gran sonrisa en su rostro.

Durante los siguientes días, disfrutaron juntos construyendo castillos de arena, nadando en el mar turquesa y tomando largos paseos por la costa.

Sofía estaba feliz de haber superado el pequeño susto del inicio del viaje y ahora estaba disfrutando al máximo cada momento en ese paraíso tropical. Una mañana, mientras caminaban por la playa, encontraron una tortuga marina varada en la orilla. Todos se acercaron para ayudarla e intentaron devolverla al mar sin éxito.

"Parece que necesita ayuda para regresar al agua", dijo papá pensativo. Sofía tuvo una idea brillante. Corrió hacia el hotel y regresó con un balde grande lleno de agua salada.

Con cuidado colocaron a la tortuga dentro del balde y juntos caminaron hasta llegar al borde del mar donde finalmente pudieron liberarla. La tortuga nadó rápidamente hacia lo profundo mientras todos observaban maravillados. "¡Gracias Sofi por tu ingeniosa idea! Has salvado a esta tortuguita", dijo mamá orgullosa de su hija.

Desde ese momento, Sofia comprendió que no importa cuántos obstáculos encuentres durante tus aventuras; siempre hay una solución si mantienes una actitud positiva e ingeniosa como ella lo había hecho.

Y así terminó este inolvidable viaje familiar lleno de aprendizajes inspiradores que acompañarían siempre a esa valiente niña llamada Sofia.

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