Sofía y la valentía en la consulta médica
Había una vez una niña llamada Sofía que tenía que ir al doctor para su chequeo anual. Desde que se enteró, sintió un nudo en el estómago y un miedo enorme le invadió el corazón.
Su madre, preocupada por la reacción de Sofía, intentaba calmarla con palabras de aliento. "Tranquila Sofi, es solo una visita rutinaria al médico. No tienes por qué tener miedo", decía su mamá con cariño.
Pero a pesar de los intentos de su madre, Sofía seguía sintiendo ese temor tan grande que no podía controlar. "Mamá, ¿y si me duele? ¿Y si el doctor me regaña por algo?", preguntaba la niña con voz temblorosa.
La madre acarició tiernamente la cabeza de Sofía y le dijo: "Hija, el doctor está aquí para ayudarte y cuidarte. No te va a hacer daño, confía en mí".
Sofía miró a su mamá con ojos llenos de dudas pero decidió confiar en sus palabras. Aunque todavía sentía un poco de nerviosismo en su pancita. Al llegar al consultorio del doctor, Sofía ve juguetes y libros coloridos en la sala de espera que la hacen sentir un poco más tranquila.
Cuando llega su turno, entra tímidamente a la consulta donde un doctor amable y sonriente la espera. "Hola Sofi, ¿cómo estás hoy?" -pregunta el doctor con alegría. Sofia responde tímidamente: "Hola... estoy bien...
"El doctor nota el nerviosismo de Sofia y decide tomar las cosas con calma para ganarse su confianza.
Con voz amable le dice: "No te preocupes Sofi, hoy solo vamos a jugar un juego muy divertido para revisarte y asegurarnos de que estés sana como una manzana". Sofia levanta la mirada sorprendida ante las palabras del doctor y lentamente comienza a relajarse. El médico hace preguntas sobre sus hobbies favoritos mientras realiza los chequeos necesarios sin causarle ningún dolor o incomodidad.
Al finalizar la consulta, Sofia se da cuenta de que no había nada qué temer. Se siente feliz y orgullosa por haber superado sus miedos gracias al apoyo incondicional de su madre y a la amabilidad del doctor.
Al salir del consultorio, Sofia abraza fuertemente a su mamá y exclama emocionada:"¡Mamá! ¡Fue genial! El doctor fue muy simpático y no me dolió nada! Gracias por estar siempre conmigo".
La madre sonríe feliz al ver a Sofia tan contenta y orgullosa:"¡Eso es mi valiente! Siempre recuerda que enfrentando nuestros miedos podemos descubrir nuevas experiencias maravillosas. "Desde ese día, Sofia aprendió que enfrentar sus temores con valentía le permitirían vivir grandes aventuras sin dejar que el miedo se interpusiera en su camino.
Y así siguieron juntas disfrutando cada momento como un nuevo desafío lleno de aprendizajes e ilusiones.
FIN.