Sofía y la verdad revelada



En un pequeño pueblo llamado Villa Esperanza vivía Sofía, una niña de ocho años con rizos dorados y ojos brillantes que irradiaban bondad.

Desde muy pequeña, sus padres le enseñaron la importancia de ser honesta y siempre decir la verdad, sin importar las circunstancias. Un día soleado, mientras paseaba por la plaza del pueblo, Sofía vio a doña Rosa, la dueña de la tienda de dulces más famosa de Villa Esperanza.

Doña Rosa era conocida por ser un poco gruñona y siempre regatear en los precios con los clientes. Pero lo que más molestaba a Sofía era que a veces cambiaba el peso de las balanzas para ganar unos pesos extra.

Sofía decidió acercarse a doña Rosa y hablarle con valentía:- ¡Hola doña Rosa! ¿Cómo está hoy? Doña Rosa levantó la mirada sorprendida al ver a la pequeña frente a ella. - ¡Hola Sofía! Estoy bien, gracias.

¿Qué te trae por aquí? Sofía respiró hondo antes de continuar:- Quería contarle algo que he notado cuando compro caramelos en su tienda. Doña Rosa frunció el ceño, esperando lo peor.

- Verá doña Rosa, he notado que a veces cambia el peso de las balanzas para cobrar un poco más -dijo Sofía con sinceridad. Doña Rosa se quedó en silencio por un momento, mirando fijamente a los ojos claros de Sofía. Finalmente suspiró y bajó la cabeza avergonzada. - Tienes razón, querida Sofía.

Me he dejado llevar por la codicia y me comporté mal. Prometo no volver a hacerlo -confesó doña Rosa humildemente. Sofía sonrió satisfecha al ver que su valentía había dado resultados positivos.

Desde ese día, doña Rosa cambió su actitud en la tienda. Ya no alteraba las balanzas ni regateaba injustamente con los clientes. La gente notaba el cambio y volvieron a confiar en ella como comerciante honesta.

Sofía se convirtió en una heroína silenciosa del pueblo, demostrando que incluso una niña pequeña podía tener un impacto positivo en su comunidad cuando actuaba con valentía y honradez. Y así, entre risas y caramelos compartidos, Villa Esperanza floreció aún más gracias al valor inquebrantable de una niñita llamada Sofía.

FIN.

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