Sofía y las mariposas de la armonía



Había una vez en un hermoso bosque encantado, un grupo de mariposas mágicas que brillaban con colores tan intensos que parecían sacados de un arcoíris.

Estas mariposas no eran como las demás, tenían el poder de conceder deseos a aquellos que las encontraran y demostraran ser dignos de su magia.

La leyenda contaba que cada cierto tiempo, las mariposas se reunían en lo alto de la montaña más alta del bosque para elegir a un niño o niña al cual otorgarle un deseo especial. Este año le tocaba el turno a Sofía, una pequeña valiente y bondadosa que vivía en una cabaña cercana al bosque.

Una mañana soleada, mientras Sofía exploraba el bosque, vio a lo lejos destellos de luz entre los árboles. Intrigada, se acercó siguiendo el resplandor hasta encontrarse frente a frente con las maravillosas mariposas mágicas. "¡Hola Sofía! Hemos estado observándote y hemos decidido concederte un deseo", anunciaron las mariposas en coro.

Sofía no podía creerlo, ¡iba a tener la oportunidad de pedir cualquier cosa que deseara! Después de pensarlo detenidamente, decidió pedir algo especial: quería que todos los animales del bosque fueran felices y vivieran en armonía para siempre.

Las mariposas sonrieron ante su noble deseo y comenzaron a brillar aún más intensamente. De repente, todo el bosque se iluminó con una luz cálida y reconfortante.

Los árboles susurraban melodías tranquilas, los pájaros cantaban en coro y los animales danzaban juntos celebrando la alegría y paz que inundaba el lugar. Las mariposas cumplieron el deseo de Sofía transformando el bosque en un paraíso donde reinaba la armonía y la amistad entre todas las criaturas.

Desde ese día, Sofía visitaba regularmente a sus amigas mariposas para jugar juntas y recordar la importancia de cuidar y respetar la naturaleza.

Y así, gracias al poder de las mariposas mágicas y al corazón puro de Sofía, el bosque encantado se convirtió en un lugar lleno de magia donde todos vivían felices para siempre.

FIN.

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