Sofía y los dragones en apuros



Había una vez en un pequeño pueblo, una niña llamada Sofía que vivía con su abuelita, la cual era muy especial. Un día, mientras jugaban en el jardín de su casa, un dragón gigante apareció volando por los cielos.

- ¡Abuelita, mira ese dragoncito tan grande! -exclamó Sofía sorprendida. - ¡Oh, sí! Ese es uno de mis amigos dragones. Vamos a darle la bienvenida -respondió la abuelita con una sonrisa.

El dragón aterrizó suavemente en el jardín y les contó que necesitaba ayuda para rescatar a otro amigo suyo que estaba atrapado dentro de una casa embrujada junto con una guerra. - ¿Una casa embrujada? ¡Qué emocionante! Vamos a ayudarte, amiguito dragón -dijo la abuelita valientemente.

Sofía y su abuelita subieron al lomo del dragón y emprendieron vuelo hacia la misteriosa casa. Al llegar, vieron que estaba rodeada de niebla espesa y tenía un aspecto tenebroso. Sin embargo, no se dejaron intimidar y entraron decididas.

Dentro de la casa encontraron habitaciones oscuras y pasillos laberínticos. De repente, escucharon ruidos extraños que las hicieron temblar de miedo. Pero la abuelita tomó la mano de Sofía y le dijo:- No tengas miedo, querida.

Juntas podemos superar cualquier desafío. Continuaron explorando hasta que finalmente llegaron a una sala donde vieron al otro dragón atrapado en una red junto a una gran guerra antigua. - ¡Tenemos que liberarlo antes de que sea demasiado tarde! -exclamó Sofía preocupada.

La abuelita recordó entonces un hechizo ancestral que le enseñaron las hadas del bosque y lo recitó con determinación. La red se deshizo instantáneamente y el segundo dragón quedó libre gracias a ellas.

Los dos dragones se miraron agradecidos y decidieron llevarlas de regreso a casa sano y salvo. Al llegar al jardín, los dragones les dieron las gracias por su valentía y amistad antes de partir hacia el horizonte.

Sofía abrazó emocionada a su abuelita diciendo:- Abuelita, eres increíble. Gracias por enseñarme a ser valiente y nunca rendirme ante los obstáculos.

Y así, entre risas y alegrías, ambas entraron nuevamente a su hogar sabiendo que juntas podían enfrentar cualquier aventura que se les presentara en el futuro.

FIN.

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