Sofía y los flanes de la tía



Había una vez una niña llamada Sofía que vivía en Argentina. A ella le encantaba jugar al aire libre y correr por los campos de su pueblo.

Pero lo que más disfrutaba era comer flan con dulce de leche y queso rallado. Un día, mientras estaba jugando en el campo, encontró un pequeño frasco de dulce de leche vacío. Lo recogió y decidió llevárselo a su abuela para ver si podían hacer algo con él.

Cuando llegó a la casa de su abuela, encontró a su tía preparando un delicioso flan casero. Sofía se emocionó mucho al verlo y decidió preguntarle cómo lo había hecho.

"¿Tía, me puedes enseñar a hacer ese flan tan rico?"- preguntó Sofía entusiasmada. "¡Por supuesto! Vamos a necesitar huevos, leche, azúcar y esencia de vainilla"- respondió su tía mientras comenzaba a mezclar los ingredientes.

Sofía ayudó a su tía en todo momento hasta que el flan estuvo listo para ir al horno. Mientras esperaban que se cocinara, decidieron hacer un poco de queso rallado casero con la leche sobrante. Una vez que el flan estuvo listo, lo sacaron del horno y lo dejaron enfriar.

Luego lo decoraron con dulce de leche y queso rallado recién hecho. Sofía estaba muy orgullosa del trabajo que habían hecho juntas y no podía esperar para probarlo. Cuando finalmente lo hizo, quedó impresionada por lo rico que estaba.

"Tía, esto es lo mejor que he probado en mi vida. ¡Quiero hacer más!"- exclamó Sofía emocionada. A partir de ese momento, Sofía y su tía comenzaron a hacer flanes caseros juntas todos los fines de semana.

Y cada vez que lo hacían, agregaban un nuevo ingrediente como coco rallado o frutas frescas. Con el tiempo, Sofía se dio cuenta de que la cocina era su verdadera pasión y comenzó a experimentar con diferentes recetas por su cuenta.

Y así fue como se convirtió en una gran chef gracias al amor por el dulce de leche, el flancito y el queso rallado que compartió con su tía.

FIN.

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